La paz y los dos lobos

Hernando Salazar Palacios

A propósito de los acuerdos a los que llegaron esta semana el Gobierno y las Farc en materia de justicia transicional, y de las reacciones que han producido –de mucha aprobación y algún rechazo-, recordé una descripción que hace la profesora española Adela Cortina en un maravilloso libro titulado “¿Para qué sirve realmente la ética?”.

Cortina narra la historia de un jefe indígena que les contaba a sus nietos que en los seres humanos hay dos lobos, el del resentimiento, la mentira y la maldad, y el de la bondad, la alegría, la misericordia y la esperanza.

Terminada la narración, uno de los niños preguntó: “abuelo, ¿cuál de los lobos crees que ganará? Y el abuelo contestó: el que alimentéis”.

A raíz del apretón de manos entre Santos y Timochenko, algunos creen que el presidente ha debido agarrar a patadas al jefe de las Farc.

Ese mismo grupo de personas duda de la voluntad de paz de la guerrilla y creen que todo es mentira.

Vale la pena pensar fríamente en ese tipo de actitudes, ahora que estamos ad-portas de la firma de un acuerdo de paz con las Farc, la guerrilla más vieja de América Latina.

Como la guerra nos mató buena parte de nuestras esperanzas, a los colombianos nos cuenta mucho trabajo creer en los “del otro lado” y a veces caemos en la trampa de pensar que el demonio o el lobo malo, para citar a Cortina, se impondrá, o que solo ellos –los de las Farc- son los que tienen que hacer cambios, pero no nosotros, que somos “los buenos”.

Sin ser ingenuos –y creo que el presidente Santos de todo tiene menos de ingenuo- no podemos dedicarnos a alimentar el lobo malo para que después nos devore, para que esta oportunidad de paz fracase y para que sigan décadas de guerra, eso sí con los hijos de los otros, no con los míos.

Sería bueno que aprendiéramos que la paz no es solo un tema del Gobierno y de la guerrilla. También es un asunto de todos los que vivimos en este país y tenemos la responsabilidad de ayudar a construirla. Y sería muy bueno que decidiéramos a cuál de los dos lobos vamos a alimentar.

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