Responsabilidad con la información

En este momento todos tenemos el compromiso de velar por la preservación de la verdad; además, porque somos responsables de no echarle más leña al fuego.

La manipulación de la realidad o la difusión de falsas noticias aumentan la tensión en estos días de honda crisis. Por las redes sociales cualquier persona puede difundir información; y también, gracias a las herramientas tecnológicas, videos, fotografías y documentos pueden ser manipulados, editados o falseados. Es el apogeo de las falsas noticias que se propagan de manera vertiginosa y una vez se publican es difícil contenerlas.

Con las marchas, los disturbios, los saqueos, los choques entre la fuerza pública y los manifestantes y los abusos del Esmad, las redes sociales están inundadas de información real, pero también de mentiras y distorsiones. Unos pocos ejemplos de las falsedades que circulan en estos días aciagos sirven para ilustrar la situación; el pasado miércoles circuló la noticia de que se había decretado la conmoción interior, acompañada con la imagen de una documento falso; otro mensaje indicaba que desde la Presidencia se había dado la orden de cancelar cuentas Facebook. El expresidente Álvaro Uribe puso en su cuenta twitter la imagen de un vehículo con una bandera de la minga indígena, y dijo que era un carro del ELN patrullando las calles de Jamundí, Valle; aunque después ofreció disculpas y dijo que había sido un error de uno de sus ayudantes, el daño ya estaba hecho. Un representante a la Cámara por Antioquia publicó un video de un joven con quemaduras y le atribuyó esta acción al Esmad de Floridablanca, cuando en realidad se trató de otra clase de incidente. 

También se difundió un video del ELN, sobre un supuesto paro armado, pero se determinó que las imágenes eran del año pasado. En Ibagué, un joven fue asesinado el sábado primero de mayo, en hechos ajenos a las manifestaciones, pero en las redes sociales se propagó la versión de que había sido asesinado por la policía, y la familia debió salir a desmentir la falsedad.

Estas mentiras o verdades a medias cumplen su cometido de confundir, engañar, atemorizar y, sobre todo, exaltar aún más los ánimos y aumentar la polarización. En este momento de alta exasperación, la responsabilidad con el manejo de la información es de  todos los ciudadanos, pero en primera instancia, de los líderes de opinión, los dirigentes de los partidos políticos, las autoridades, los voceros de las agremiaciones sociales y sindicales y los medios de comunicación. Así mismo, es importante que los ciudadanos no le den crédito inmediato a la información que reciben y no la compartan si no están seguros de su autenticidad.

En este momento todos tenemos el compromiso de velar por la preservación de la verdad; además, porque somos responsables de no echarle más leña al fuego.

EL NUEVO DÍA

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