Megacolegios empantanados

Es penoso tener que registrar como novedad aquello que debería ser normal (la entrega de obras en los plazos establecidos y en los valores acordados) y tratarlo como algo fuera de lo común, y por ello destacarlo como extraordinario.

Desde hace cinco años se anunció la ejecución de obras en 26 colegios de Ibagué para adecuarlos a la jornada única, gracias a un convenio de la Alcaldía con el Ministerio de Educación Nacional. La inversión para la construcción de nuevas aulas, bibliotecas, laboratorios y comedores de estas instituciones fue presupuestada en 200 mil millones de pesos, que serían aportados por la Alcaldía de Ibagué y, la mayor parte, por el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa.

Lamentablemente, la fecha de entrega de las obras es incierta. Solamente se han concluido seis colegios, dos se encuentran en ejecución, en ocho están suspendidos los trabajos, dos no tienen viabilidad, porque la Alcaldía no ha entregado los documentos que requiere el Ministerio, y ocho se encuentran enredados en la maraña de la tramitología. 

El concejal Miguel Bermúdez, quien en esta ocasión dio la voz de alarma, considera que los megacolegios no se entregarán en corto ni en mediano plazo, por lo que pidió a sus conciudadanos ejercer control y estar atentos para exigir el cumplimiento de los contratos.

En varias ocasiones nos hemos referido a este tema, porque la educación es prioritaria, más ahora cuando se anuncia que en menos de dos semanas los estudiantes de las instituciones oficiales de la ciudad deberán retornar a clases de manera presencial. ¿En qué condiciones lo harán en aquellas sedes donde las obras están inconclusas o abandonadas?

Ante esto es importante conocer cuáles son las diligencias que adelanta la Alcaldía para acelerar los procesos y evitar que los recursos se pierdan. Aunque el Ministerio es el contratista, el gobierno local no debe desentenderse de lo que sucede; más bien, es preciso que se ocupe de hacer seguimiento y vigilancia a la ejecución de los trabajos, y gestione lo necesario ante el Ministerio.

Contrasta este triste panorama con la reciente noticia de la entrega del edificio de Ciencias de la Universidad Nacional, proyecto que concluyó un mes antes de lo programado y que tuvo un ahorro de 1.200 millones de pesos, que se reinvirtieron en obras adicionales para la misma edificación. 

Esta es una demostración de que si las construcciones son planificadas adecuadamente se pueden entregar de forma oportuna, sin necesidad de efectuar múltiples adiciones de presupuesto ni de pactar nuevas prórrogas. 

Es penoso tener que registrar como novedad aquello que debería ser normal (la entrega de obras en los plazos establecidos y en los valores acordados) y tratarlo como algo fuera de lo común, y por ello destacarlo como extraordinario.

EL NUEVO DÍA

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