¿Quiénes están detrás de las invasiones?

En Bogotá esta situación ya se está volviendo incontrolable; por eso es necesario que en Ibagué se adopten acciones urgentes, que las autoridades estudien el modus operandi de estos delincuentes y que estén alerta para evitar nuevas invasiones y estafas a los ciudadanos de menos recursos.

En la zona nororiental de Ibagué, entre los barrios La Gaviota, La Esperanza y Cañaveral, se ha detectado la invasión de un predio privado que se conoce como La Lomita, donde había un sendero ecológico, que era utilizado por los vecinos para la práctica del deporte.

Desde hace algunas semanas llegaron familias a ocupar el terreno, talaron los árboles e instalaron sus cambuches. Los habitantes de dichos barrios aseguran, además, que el sitio se tornó inseguro y ya han ocurrido atracos.

Pero este no es el único lugar de la ciudad afectado por esta situación; en cercanías a la tercera etapa de la Ciudadela Simón Bolívar, un grupo de personas se tomó un lote y, a pesar de que fueron desalojados rápidamente por el Esmad, los ocupantes ilegales continúan intimidando a los vecinos y haciendo presencia en el lugar. También existen invasiones en otros barrios, como Nazareth, Álamos, La Palmilla, La Mansión y La Arabia.

La Alcaldía tiene conocimiento de que detrás de estas invasiones existen organizaciones criminales que estafan a los ciudadanos con falsas promesas de conseguir vivienda, y por eso la Administración local adelanta planes para llevar a cabo operativos, cuya finalidad es capturar a los responsables de promover estas acciones ilegales.

Lo cierto es que las invasiones son una acción coordinada y orquestada con el posible propósito de que las autoridades no puedan atender todos los frentes al mismo tiempo, lo cual podría obedecer a una estrategia de los conocidos “tierreros”, bandas delincuenciales que se dedican a instigar la toma de lotes, especialmente en Bogotá.

Las víctimas son generalmente familias vulnerables, madres cabeza de familia, desplazados y adultos mayores. Los “tierreros” saben que un predio solo puede ser desalojado dentro de las 48 horas siguientes a la ocupación del bien; de lo contrario se  ha de iniciar un proceso legal que puede tardar años. Estas personas, además, infiltran delincuentes armados en las invasiones para mantener el control territorial y manejar el tráfico de estupefacientes. Una vez el predio ha sido invadido, les piden a los ocupantes más dinero por permanecer en el lugar; si no pueden pagar son expulsados, y “venden” de nuevo los lotes.

En Bogotá esta situación ya se está volviendo incontrolable; por eso es necesario que en Ibagué se adopten acciones urgentes, que las autoridades estudien el modus operandi de estos delincuentes y que estén alerta para evitar nuevas invasiones y estafas a los ciudadanos de menos recursos.

El Nuevo Día.

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