Una mirada al aeropuerto Perales

Sin llamarnos a engaños, es preciso analizar en este periodo de pospandemia y de reactivación económica qué otros usos podría tener la terminal área.

 

Un llamado respetuoso y urgente hacemos desde este rotativo a la clase parlamentaria, al gobernador Ricardo Orozco, al alcalde Andrés Fabián Hurtado, a la Aeronáutica Civil y al mismo Ministerio de Transporte, para realizar una revisión exhaustiva de la operación y futuro del aeropuerto Perales.

Con preocupación el sábado anterior las páginas de EL NUEVO DÍA registraron el acelerado deterioro de la infraestructura de la terminal aérea más importante del Departamento. Precisamente fueron varios los usuarios, en su mayoría empresarios, quienes denunciaron, incluso con fotografías, los daños en sus instalaciones, que no se compadecen con una obra recientemente inaugurada por el expresidente Juan Manuel Santos, en 2018. Habrá que revisar la calidad de los materiales utilizados en su construcción.

Con apenas tres años desde su entrada en operación se presentan problemas relacionados con humedades, goteras, un acelerado desgaste en la pintura, panorámicos manchados y ventiladores llenos de insectos. ¿Quiénes se encargan de su mantenimiento?

Además, los locales vacíos son comunes, seguramente por los altos costos de los mismos y la baja demanda de servicios. 

Por el momento, la Aerocivil tiene una proyección para seguir modernizando la terminal, estimada en $24.600 millones en 2022, que  comprende la rehabilitación de la pista, el mantenimiento de las áreas, lado aire y tierra, así como el mantenimiento de las zonas de seguridad y el mejoramiento de la plataforma, además de prometer empleos.

Sin embargo, lo verdaderamente significativo no es el grado de inversión que esperamos el presidente Duque asegure y cumpla en sus últimos 11 meses de gobierno y que obviamente se requiere, sino la proyección y utilidad del proyecto en el mediano y largo plazo. 

En ese sentido, la Aerocivil junto con los congresistas, los mandatarios y el empresariado, bien harían en centrarse inicialmente en la ampliación de frecuencias y rutas para activar la oferta y demanda de los servicios aeroportuarios desde la capital tolimense. 

Para que haya rentabilidad se tiene que asegurar una mayor carga de pasajeros, nuevos destinos y conexiones , una pista con capacidad para aviones de mayor tamaño, modernos equipos de aeronavegación y especialmente tarifas competitivas. No puede ser que una de las frecuencias más costosas del país siga siendo Ibagué - Bogotá y viceversa, con apenas 20 y 25 minutos en tiempo real. 

No obstante, un nuevo plan de reactivación del Perales requiere de una visión comercial que incluya el turismo en una mayor dimensión, de la mano de un componente de negocios y eventos culturales permanentes durante todo el año que recuperen el interés por nuestra capital.

En ese sentido podemos inferir con cierta claridad que es mucho el trabajo que nos espera como región para dinamizar la demanda aérea en nuestro entorno. 

Sin llamarnos a engaños, es preciso analizar en este periodo de pospandemia y de reactivación económica qué otros usos podría tener el aeropuerto en conexiones interregionales o de carga, y si se hace necesario entregarlo a un administrador privado como ocurre con otras terminales de nuestro país. Esta discusión tendrá que hacerse sincera, abierta, técnicamente y con responsable prontitud. Seguiremos atentos desde estas páginas a lo que ocurra con el futuro de nuestra terminal aérea.

 

EL NUEVO DIA

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