El mundo que nos quedó después del 11 de septiembre de 2001

Las estrategias antiterroristas surgidas como reacción al 11 de septiembre tuvieron efectos diversos, por una parte lograron detener cualquier otro ataque en suelo estadounidense, pero también hizo que las tácticas terroristas se rediseñaran.

Que el ataque a las Torres Gemelas en Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, cambió al mundo, no es simplemente una frase, es una verdad comprobada con el paso del tiempo. El golpe terrorista, considerado el mayor en toda la historia no solo de Estados Unidos, sino de la humanidad, ocasionó un dolor profundo en la sociedad de ese país y sacudió al mundo entero, pero, además, hirió el orgullo de los estadounidenses quienes, luego del duelo por las casi tres mil víctimas mortales y más de 25 mil heridos, comenzó a sentar las bases de una nueva doctrina antiterrorista que, entre otras, se expresó pocos meses después en la Ley Patriótica.

Esta ley daba poderes extraordinarios al Presidente y los órganos de vigilancia del país, incluso para espiar a sus connacionales, todo en el entendido de que había que reprimir cuanto antes a Al Qaeda, señalado responsable del ataque del 11-S, así en ello hubiera que irse en contra de un país como Afganistán cuyo gobierno amparaba a los terroristas. En solo un mes se dio el primer ataque militar estadounidense contra el Talibán, que muy rápidamente fue desalojado del poder y arrinconado en lejanas e inhóspitas regiones de los desiertos afganos.

Hoy, cuando se cumplen 20 años del pavoroso ataque, encontramos la irónica situación del retiro de las fuerzas norteamericanas hace un par de semanas y la reimplantación del Talibán en el poder de Afganistán. Las estrategias antiterroristas surgidas como reacción a los sucesos del 11 de septiembre tuvieron efectos diversos, pues por una parte lograron detener cualquier otro ataque en suelo estadounidense, pero también hizo que las tácticas terroristas se rediseñaran, con lo que Europa comenzó a sufrir golpes que tuvieron momentos tan sanguinarios como el de los atentados adjudicados al Estado Islámico en París el 13 de noviembre de 2015, que dejaron 131 personas muertas y 415 heridas, en ataques suicidas y tiroteos contra diversos sitios públicos, incluido el Estadio de Francia.

Osama bin Laden, autor intelectual del 11-S, fue abatido el 2 de mayo de 2011, durante la presidencia de Barack Obama, pero las consecuencias de su acto terrorista siguieron sintiéndose por más de una década, con centenares de víctimas más que causaron tanto la guerra que se dirigió contra el Talibán en Afganistán, como el alto número de civiles inocentes que cayeron en decenas de atentados de grupos radicales impulsados por el ataque del 11 de septiembre en Nueva York, Washington D.C. y Pensilvania.

 

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