Retraso indeseable

Los ibaguereños están hastiados de promesas incumplidas y de encontrar por doquier proyectos sin terminar. Ojalá esta no sea otra más de las que ingresen en el catálogo de las obras inconclusas.

La Ambalá es una arteria vital de la ciudad, pues conecta el centro con El Salado y es la única salida de las comunas 6 y 7. El proyecto inicial de la avenida no fue concluido y por eso parte de la vía solo tiene un carril, por lo cual existen enormes dificultades de movilidad en las horas pico. 

La calle 103, que comunica la Ambalá con la avenida Quinta, fue proyectada como parte de la ampliación de la avenida, desde hace más de 25 años, y también se ha contemplado que se construya por fases hasta desembocar en la avenida Mirolindo.

La obra consiste en la pavimentación de cerca de 6.500 metros cuadrados de vía e incluye la construcción de andenes, la reposición de redes de acueducto y alcantarillado, la subterranización de las redes eléctricas y la recuperación de los retornos en el puente de Progall, con un costo estimado de 3.200 millones de pesos.

Aunque esta obra no pone fin al embotellamiento que padece ese sector de la ciudad, se espera que alivie un poco las congestiones del tránsito. Por eso los habitantes de los barrios beneficiados recibieron con alborozo la noticia del inicio de los trabajos en agosto del año pasado.

Sin embargo, ahora existe preocupación, porque el contratista anunció que la obra no se entregará en el plazo establecido y atribuyó el retraso al mal tiempo, a que no se han tendido las redes de servicios públicos (lo cual además causaría sobrecostos) y a que en la escombrera no estaban permitiendo el ingreso de vehículos, debido a las fuertes lluvias. La voz oficial de la Alcaldía para este tema, el secretario de Infraestructura, Diego Herrán, indicó que se otorgará una prórroga de tres meses (y no cuatro como pidió el contratista) y que se habían ejecutado labores no previstas, con lo cual dejó abierta la posibilidad de que se autorice una adición de recursos.

La ciudadanía tiene derecho a que se le informe claramente lo que sucede con las obras y por eso sería prudente que los funcionarios encargados resuelvan algunas inquietudes, entre otras: ¿dentro del cronograma del proyecto no se contemplaron los imprevistos? ¿No tuvieron en cuenta que los trabajos se adelantarían en época de lluvias? ¿Ya calcularon los sobrecostos? ¿Hasta qué monto se permitirán adiciones? ¿Cuántas prórrogas más podrá solicitar el contratista?

Los ibaguereños están hastiados de promesas incumplidas y de encontrar por doquier proyectos sin terminar. Ojalá esta no sea otra más de las que ingresen en el catálogo de las obras inconclusas.
 

Redacción El Nuevo Día.

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