El Salado es uno de los sectores más tradicionales de Ibagué y la puerta de entrada a gran parte de la zona rural. Antaño era una población alejada, pero con una ubicación estratégica, pues conectaba a la capital con el norte del Tolima.
Con el correr de los años, El Salado se convirtió en un barrio especial y por sus características se visionó este lugar como el ideal para establecer un “pueblito tolimense”; pero como la ciudad se ha extendido, allí se están desarrollado complejos urbanísticos y miles de familias se han establecido. Y, gracias al potencial turístico del sector rural, se han emprendido proyectos agroturísticos con sitios de pesca, senderos ecológicos y balnearios.
El Salado también es la vía que lleva al corregimiento de San Bernardo, que padeció los horrores del conflicto, pero que después del acuerdo de paz firmado con las Farc recobró su valía y se ha posicionado como un lugar que atrae la atención de ibaguereños y foráneos que lo visitan cada fin de semana.
En la pasada temporada decembrina se calcula que El Salado y sus alrededores recibieron la visita de cerca de 10 mil turistas que tienen variadas opciones de entretenimiento.
El desarrollo urbano y el aprovechamiento del sector como atracción turística han transformado costumbres y han modificado las necesidades; las antiguas calles estrechas ahora son insuficientes; las obsoletas redes de alcantarillado son inservibles; el aumento del número y tamaño de los vehículos convirtieron las otrora calles vacías en vías congestionadas, con el agravante de que no se les hace mantenimiento, por lo cual se encuentran en pésimas condiciones y hacen que el tránsito sea un verdadero calvario. Además de los huecos, algunas vías son intransitables por el colapso del alcantarillado.
Por su reconocido valor estratégico los gobernantes se comprometen a recuperar la malla vial, pero los anuncios no se concretan y lo peor es que ni siquiera a las vías de ingreso a El Salado se les ha puesto atención. Ahora, los habitantes cifran sus esperanzas en la inversión que anunció la Gobernación para recuperar 30 calles, con un presupuesto de más de 16 mil millones de pesos. El proyecto también incluye la reparación de las redes de acueducto y alcantarillado.
El Salado necesita seguir creciendo y desarrollándose, pero para eso es preciso que los gobernantes no se olviden de sus necesidades y cumplan sus promesas.
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