¿Cuál será la alternativa a la Economía Naranja?

Ante esta nueva realidad, es necesario darle un compás de espera a la nueva administración, con el fin de no crear falsas expectativas ni producir un pánico innecesario.

Cayó como una baldado de agua fría entre el sector de los artistas y gestores culturales el anuncio del nuevo gobierno de no continuar con la economía naranja, implementada en el plan de desarrollo de Iván Duque.

Con base en esta política se crearon incentivos económicos y beneficios tributarios para las industrias culturales, como el Decreto 1669 de 2019, que promovió programas de capacitación y financiación de proyectos impulsados por el Ministerio de Cultura y se establecieron exenciones de impuestos para los proyectos aprobados.

Para Angélica Mayolo, exministra de Cultura, es un desacierto acabar esta política, pues por medio de ella se han conseguido inversiones de productoras internacionales por más de un billón de pesos, se han beneficiado mil empresas y gracias a ello se han generado numerosos empleos.

En el entorno local, la economía naranja ha avanzado con algunas dificultades, pues en las regiones no es sencillo que los artistas se conviertan en empresarios y que las artes se manejen como en industrias, dado que tradicionalmente estas actividades no se ven como negocios. Además, las administraciones de ciudades como Ibagué no trabajan en el fortalecimiento de la economía naranja porque ven la cultura como un patrimonio. Tampoco ha sido fácil avanzar porque los gestores culturales o los artistas no han sido formados para elaborar esa clase de proyectos. Al ser tratados como empresas y entrar en la libre competencia, los nuevos empresarios se encuentran barreras como que el sector creativo no cuenta con gran demanda, pero sí es muy competido, lo cual torna complejo el camino para que se consolide como industria. Pese a ello, en Ibagué se crearon numerosas empresas y se desarrollaron pequeñas industrias alrededor de eventos culturales y artísticos. Además, existen tres zonas ADN, aunque no se conocen los resultados de su implementación.

En el entorno artístico y cultural existe incertidumbre por los proyectos que fueron aprobados y se encuentran en marcha. Sin embargo, al respecto, la nueva ministra de Cultura, Patricia Ariza, afirmó: “No vamos a acabar las economías creativas. No vamos a acabar Cocrea. Lo que vamos a hacer es otorgarles a las culturas, a las artes y a los saberes, el lugar que les corresponde en el ministerio”.

Ante esta nueva realidad, es necesario darle un compás de espera a la nueva administración, con el fin de no crear falsas expectativas ni producir un pánico innecesario.

 

El Nuevo Día

Comentarios