Comenzó un mundial en el que sólo podemos ser espectadores

“Lamentablemente, este mundial 2022 ha estado precedido por múltiples escándalos, desde el proceso mismo en el que fue elegido Catar como sede, sobre lo que hay varias y muy bien documentadas denuncias periodísticas”.

No cabe duda de que el fútbol es no solamente el deporte más popular del mundo, sino que, por esta misma razón, ha originado uno de los más grandes poderes económicos, e incluso políticos, de las últimas décadas. La cantidad de dinero que mueve el fútbol en el planeta es sencillamente ilimitada, los multimillonarios contratos de publicidad, transmisiones de televisión, copas internacionales, patrocinios de equipos y jugadores, entre otras tantas áreas, mueven billones de dólares permanentemente, lo que ha hecho que la Federación Internacional de Fútbol Asociado, FIFA, sea un supra poder en el mundo que, muchas veces, choca incluso con las leyes y las instituciones de los países.

Lamentablemente, este mundial 2022 ha estado precedido por múltiples escándalos, desde el proceso mismo en el que fue elegido Catar como sede, sobre lo que hay varias y muy bien documentadas denuncias periodísticas, además de una detallada investigación del FBI que dejó varios dirigentes de la FIFA detenidos, en tiempos de la presidencia Blatter. Pero, además de esto, ya bastante penoso para el mundo árabe, están las denuncias de muertes ocurridas en las obras de construcción de los estadios y de violación de Derechos Humanos al interior del país.

El campeonato mundial de fútbol es un certamen cuya importancia solo es comparable con los Juegos Olímpicos, pues se surte de largos procesos de eliminatorias en todos los continentes, elige un grupo selecto de países participantes y llama la atención incluso de regiones en donde poco se conoce. En medio de todo este denso ambiente de opinión general, ayer comenzó el mundial de fútbol en Catar, con un triunfo claro de Ecuador frente a los anfitriones, un resultado que nos alegra por nuestros vecinos, que están en gran momento futbolístico.

Colombia no llegó a Catar por las fallas que desde hace muchos años ha mostrado la dirigencia nacional, tanto por las erráticas decisiones directivas, como por los escándalos de corrupción que, al igual que ha sucedido con la FIFA, ha afrontado desde hace muchos años. El fútbol profesional de nuestro país pasa por un muy mal momento y mientras la dirigencia actual se mantenga, lo más probable es que los resultados en la cancha sigan siendo negativos. Por ahora, en el mundial tenemos a Costa Rica, dirigida por Luis Fernando Suárez, y a los demás equipos latinoamericanos, a los que apoyamos como aficionados y les deseamos la mejor suerte posible.

El Nuevo Día.

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