Para hoy se espera la realización, en Ibagué, de la última reunión de los diálogos regionales vinculantes propuestos por el Gobierno Nacional. Esta es una estrategia diseñada para escuchar las necesidades de los territorios y plasmarlas en el Plan de Desarrollo para este cuatrienio que, de acuerdo con el cronograma establecido, será puesto en consideración del Congreso en febrero del año próximo.
El encuentro de hoy, que se cumplirá en la Universidad del Tolima, será liderado por la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez. Se espera que participen ciudadanos provenientes de cuarenta municipios del Departamento. Los asistentes se organizarán en mesas trabajo que abordarán temas como ordenamiento territorial (patrimonio, vías, servicios públicos, proyectos turísticos), seguridad humana (orden público, salud, educación), derecho humano a la alimentación (modernización y fortalecimiento del sector agropecuario, apoyo a los pequeños productores del campo), transformación productiva (sector energético, producción limpia) y convergencia regional (eliminación de brechas socioeconómicas entre las regiones). Hasta ahora, los asuntos que más preocupan a las comunidades son el mejoramiento de vías terciarias, la educación superior y el acceso a la salud.
El alcalde de Ibagué, Andrés Hurtado, ya tiene definidas las obras prioritarias para que sean incluidas en el Plan Nacional de Desarrollo; en primer lugar, la construcción de la fase III del acueducto complementario que, de acuerdo con los cálculos de la administración, requiere 49.000 millones de pesos; este proyecto incluye un tanque en el barrio Santa Ana, que tiene como propósito aliviar los problemas de suministro de agua este sector. También intentará conseguir 14.000 millones de pesos, a través del Departamento de Prosperidad Social (DPS), para las calles de la ciudad, y otros 44.000 millones de pesos para la recuperación de las vías terciarias. Así mismo, presentará el proyecto de modernización de la plaza La 28, para el cual se requieren cerca de 20.000 millones de pesos, que la convertirían en un centro gastronómico.
Este ejercicio participativo es una oportunidad para que los tolimenses den a conocer cuáles son las dificultades y las realidades, muchas veces ignoradas, de sus territorios, y presentar sus propias propuestas. Además, es un escenario propicio para tender puentes de comunicación entre los ciudadanos y sus gobernantes (locales, seccional y nacional), con el propósito de establecer de manera conjunta la hoja de ruta para el desarrollo del Departamento.
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