Un nuevo paro de maestros en el Tolima

Solventar las dificultades del magisterio debe ser prioritario para los gobiernos, y los reclamos justos han de ser atendidos. En el Tolima, buscar una salida en estas circunstancias es mucho más perentorio, si se tiene en cuenta que los estudiantes presentan un considerable atraso en su formación.

Los estudiantes deben regresar a clases el próximo 23 de enero, según está previsto en el calendario escolar. Sin embargo, el panorama no es claro para los más de 150.000 niños y jóvenes de las instituciones públicas del Departamento, debido al anuncio de un paro indefinido por parte de los docentes.

El Sindicato de Maestros del Tolima (Simatol) convocó al cese de actividades hasta cuando les paguen nueve días de salario de diciembre que les adeuda la Secretaría de Educación a los docentes del Departamento. Así mismo, protestarán por el déficit de tres billones de pesos del Ministerio de Educación que garantiza el pago de la nómina del magisterio solo hasta mediados del año.

Simatol anunció, además, que solicitaron una investigación disciplinaria y fiscal contra el Secretario de Educación y Cultura del Tolima, pues aseguran que no coincide la información que les entregaron en el Ministerio de Educación, según la cual se giraron los recursos necesarios para remunerar a los educadores, pero en la Secretaría afirman que hubo un faltante de 8.500 millones de pesos, lo cual impidió que se pudiera pagar completo diciembre. A finales del año pasado, los docentes habían efectuado una protesta por los mismos motivos y habían anunciado un nuevo cese en caso de que no les resolvieran esta problemática.

Solventar las dificultades del magisterio debe ser prioritario para los gobiernos, y los reclamos justos han de ser atendidos. En el Tolima, buscar una salida en estas circunstancias es mucho más perentorio, si se tiene en cuenta que los estudiantes presentan un considerable atraso en su formación, como lo evidenciaron los resultados de las pruebas Saber 11 que dejaron mal paradas a las instituciones públicas.

Es muy malo el inicio escolar para los jóvenes tolimenses, pues a los graves problemas de deserción, la precariedad de las instalaciones, la falta de conectividad, la deficiente actualización de los docentes y la indiferencia de muchos padres de familia en las decisiones escolares, se añade el retraso en el calendario escolar. Los tiempos son cortos y cualquier parálisis incide de forma negativa en la formación de niños y jóvenes.

Más allá de saber quién tiene la razón, por el bien de los estudiantes, es urgente hallar una salida, en la que prime el derecho a la educación de la niñez y la adolescencia de la región. 

 

El Nuevo Día

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