La sed de Piedras

La crisis de Piedras nos recuerda que, pese a que el agua es un derecho humano, en el Departamento aún estamos lejos de garantizarlo.

un daño en la tubería del acueducto Piedras tiene a la población sin agua desde hace más de tres semanas. Aún no se ha establecido el origen, por lo cual no se ha podido solucionar, pero el alcalde, Julio César Góngora Sánchez, lo atribuyó a “manos criminales”. La problemática es de tal magnitud que la Alcaldía debió declarar la calamidad pública.

Vivir sin este servicio es una verdadera tragedia, pues se pone en riesgo la salud de las personas; las labores cotidianas se trastornan, porque el agua es esencial en todas las actividades de los hogares, los negocios y las empresas. Es más grave aún en los centros asistenciales y los colegios. La situación se complica en poblaciones calurosas, como Piedras, donde las altas temperaturas exigen un mayor aprovisionamiento de agua.

Mientras efectúan la reparación, la población ha sido abastecida con carrotanques, labor que fue apoyada por los bomberos de Venadillo y Alvarado. El barrio el Valle de las Ostras fue más perjudicado, pues es el que lleva más tiempo sin servicio. La emergencia obligó a que muchas personas se desplazaran al río Opia para poder lavar la ropa.

Los problemas del acueducto en Piedras no son nuevos. En julio de 2019, el servicio se interrumpió por varios días, debido al taponamiento de uno de los tubos en la bocatoma; dos años más tarde, los vecinos del barrio La Punta se quejaron por las prolongadas suspensiones. Además, el suministro no es permanente y, de acuerdo con el Índice de Riesgo de Calidad del Agua para consumo humano (IRCA), por medio del cual se evalúa periódicamente la calidad del agua que consumen los colombianos, el acueducto de Piedras se encuentra en riesgo bajo, lo cual indica que no está tan mal, pero el agua no es apta para el consumo humano y requiere mejorar su tratamiento.

Esta situación es similar a la mayoría de las poblaciones del Tolima, donde el agua no es salubre y no se abastece en forma permanente. Solo 14 municipios (sin incluir a Ibagué) tienen acueductos clasificados como sin riesgo y con agua apta para el consumo humano.

 

El Nuevo Día

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