La primera fase del intercambiador de la 60 requiere claridad

El más grande temor tiene que ver con la finalización del intercambiador, pues los ibaguereños recelan que este proyecto, como tantos otros, se comience y quede inconcluso o abandonado, porque no se garantizan los suficientes recursos para terminarlo.

La construcción del intercambiador vial de la calle 60 fue una de las promesas de campaña de Andrés Hurtado. A menos de un año de finalizar su mandato, el alcalde Hurtado anunció que ya se publicaron los pliegos de la licitación para darle vía libre a la obra, por un valor estimado de 40.000 millones de pesos, con un plazo de ejecución de ocho meses.

Esta será la primera etapa, que consiste en la construcción de un puente elevado sobre la carrera Quinta y sus interconexiones. Corresponderá, entonces, al sucesor de Andrés Hurtado darle continuidad a la obra y ejecutar las siguientes fases. 

Esta es una obra de gran magnitud y necesaria para Ibagué, y con seguridad existe consenso en que mejoraría la movilidad de este sector. Sin embargo, hay inquietud entre comerciantes y habitantes de los alrededores, pues no se ha informado con claridad sobre los detalles del proyecto. Asuntos como si será necesario comprar y demoler predios, o reubicar las redes de acueducto y alcantarillado o cómo se programarán los cierres viales y por cuánto tiempo, aún no han sido explicados en detalle.

 Los conductores también han expresado su preocupación, ya que la Alcaldía anunció el inicio por estos mismos días de la repavimentación de la carrera Quinta entre la calle 60 y el retén de El Salado, como parte del mejoramiento de la infraestructura para el Sistema Estratégico de Transporte Público (Setp). La simultaneidad de los trabajos produce una lógica zozobra, pues si no se ha establecido un plan para desembotellar la Quinta, colapsaría la movilidad en un amplio sector de la ciudad, si se tiene en cuenta que esta es una arteria principal.

No obstante, el más grande temor tiene que ver con la finalización del intercambiador, pues los ibaguereños recelan que este proyecto, como tantos otros, se comience y quede inconcluso o abandonado, porque no se garantizan los suficientes recursos para terminarlo. También puede suceder que el alcalde que inicie su mandato en 2024 decida que esta no es una obra vital para el desarrollo de la ciudad y en su lugar priorice otros planes.

Con la publicación de los pliegos, estamos ante un hecho prácticamente consumado, pero eso no elimina la responsabilidad de la Alcaldía para que despeje las dudas ciudadanas, pues estamos hablando de la inversión de una considerable suma de dinero, proveniente de las arcas públicas.

 

El Nuevo Día

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