Taxistas vs. ciudadanía

La validez de sus reclamos no se discute; sin embargo, la exigencia de sus derechos no puede ser a costa del bienestar de los demás ciudadanos.

El paro de taxistas dejó muchos sinsabores entre los ibaguereños. Después de más de seis horas de bloqueos y de algunos enfrentamientos con la fuerza pública, la ciudad volvió a la normalidad, si se puede decir que es “normal” el desastre para las finanzas locales que deja esta parálisis.

Ibagué tiene una débil economía que se resiente ante cualquier contingencia y muy difícilmente logra recuperarse de golpes como el de ayer. Cientos de personas debieron movilizarse a pie para llegar a sus lugares de trabajo o no pudieron llevar a sus hijos al colegio y tuvieron que dejarlos solos; muchos trabajadores, entre ellos conductores de taxi asalariados, cuyos ingresos dependen del día a día, no consiguieron para llevar dinero a sus hogares; los restaurantes cerraron o vieron disminuidas sus ventas; lo mismo ocurrió con el comercio formal que tuvo cuantiosas pérdidas.

Las autoridades locales tenían la instrucción de desbloquear las vías para garantizar la libre locomoción de los ciudadanos. Esto llevó a enfrentamientos entre el Undemo (Esmad) y los manifestantes; lo más delicado se registró cuando las grúas intentaron despejar las calles y algunos conductores agredieron a los operarios, según denunció el secretario de Movilidad, Ricardo Rodríguez.

Hay que reconocer que los taxistas tienen muchas dificultades; las ganancias son menores; la gasolina, el mantenimiento de los vehículos y los seguros son cada vez más costosos y sus ingresos también se afectan con la competencia desleal que representan los servicios que se prestan a través de plataformas. En las negociaciones con el Gobierno seguramente se podrán alcanzar acuerdos; más en lo que se refiere al uso de aplicaciones para el transporte, no se pueden revertir los avances tecnológicos, aunque sí se deben reglamentar, de forma que los particulares laboren en igualdad de condiciones.

La validez de sus reclamos no se discute; sin embargo, la exigencia de sus derechos no puede ser a costa del bienestar de los demás ciudadanos. Además, los usuarios esperan que los taxistas mejoren el servicio que prestan, sean amables con los pasajeros, mantengan sus vehículos limpios y en buen estado, cobren lo justo, conduzcan con precaución y respeten las normas de tránsito.

 

¡Hagamos región y apoyemos lo nuestro! 

Lo invitamos a seguir leyendo aquí

https://digital.elnuevodia.com.co/library 

 

EL NUEVO DÍA

Comentarios