La protesta de los campesinos del Cañón del Combeima

De esta jornada quedan asuntos que vale la pena evaluar; ¿es necesario esperar a que estallen los problemas para encontrarles una solución?

Cientos de campesinos del Cañón del Combeima marcharon por las calles del centro de Ibagué y, ante la ausencia del alcalde Andrés Hurtado, irrumpieron en el Concejo para expresar su desacuerdo por lo que consideran incumplimientos por parte de la Administración local.

Desde mediados de febrero había molestias en la comunidad, pues Hurtado había ofrecido reunirse con los líderes del Cañón, pero no acudió a la cita, sino que envió delegados; por este motivo, se retiraron del lugar del encuentro y se negaron a hablar con los funcionarios enviados en representación del alcalde.

En concreto, los manifestantes reclamaron que no ha comenzado el proyecto de gasificación que se anunció desde 2021; que no se han mejorado las vías terciarias y los puentes veredales están en ruinas; que las alarmas, cámaras y radioteléfonos que les entregaron en la administración pasada están fuera de servicio por falta de mantenimiento, que no se han ejecutado las obras necesarias para mejorar los escenarios deportivos y que les han incumplido con la modernización del alumbrado.

Por cuenta de la protesta se vivió, además, un incómodo cruce de acusaciones entre el alcalde y el gobernador del Tolima, Ricardo Orozco. Recordemos que al comienzo de su cuatrienio Hurtado se comprometió a trabajar con la Gobernación, de forma articulada, sin odios y sin sectarismos; sin embargo, ahora el proceso electoral puso a los mandatarios en orillas diferentes, por lo cual las promesas del pasado se descartaron.

Después de la protesta, como por arte de magia, aparecieron las soluciones y el gobierno local llegó a un acuerdo con los manifestantes. De tal forma, que el 17 de abril comenzarán las obras de gasificación, se invertirán $4,400 millones de pesos en la construcción de placa huella, trabajos que contarán con la mano de obra de la comunidad; se realizarán los estudios y diseños para reparar los puentes deteriorados; se invertirán 850 millones de pesos en la modernización del alumbrado público y se aumentará el número de agentes de tránsito en la vía, especialmente en los fines de semana. 

De esta jornada quedan asuntos que vale la pena evaluar; ¿es necesario esperar a que estallen los problemas para encontrarles una solución? ¿Las vías de hecho son el camino más expedito para reclamar atención? Y ¿qué pensarán los habitantes de los demás sectores rurales que ni siquiera cuentan con una vía de acceso?

EDITORIAL

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