¿Cuándo comenzará la reubicación de Villarrica?

Es evidente que las construcciones no pueden ejecutarse sin tener la certeza de que el terreno es el apropiado para la reubicación, pero los días corren y la situación de los villarricunos es cada vez más difícil y la solución se ve más lejana.

Villarrica, municipio del oriente tolimense, que cuenta con cerca de seis mil habitantes, debe reubicarse, pero su traslado se encuentra embolatado. Desde 1993 se detectó una amenaza geológica en el área urbana que no alarmó a los habitantes ni a las autoridades; solo 20 años después, en 2013, comenzaron a darse las voces de alerta, cuando colapsó el alcantarillado y el alcalde de la época debió decretar la calamidad pública.

Años más tarde, en 2018, el Servicio Geológico Colombiano (SGC) entregó un informe sobre la evaluación del riesgo físico por movimiento de masa, en el que se estableció que el 80% de las edificaciones presenta vulnerabilidad alta, razón por la cual se recomendó la reubicación de la población en un terreno menos vulnerable.

 El SGC informó que se podían hacer intervenciones, para reducir las amenazas, pero estas no desaparecerían del todo, y expuso que el costo sería de 130.000 millones de pesos, recursos imposibles de conseguir para un municipio de sexta categoría, por lo que se decidió hacer un traslado gradual.

En 2021, la Nación destinó 8.000 millones de pesos para la construcción de las primeras 106 viviendas, de las cerca de 800 que se deben construir. Para tal fin, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNDRD) adquirió un predio de cinco hectáreas. Por su parte, la Gobernación entregó al municipio un terreno de dos hectáreas para la construcción del nuevo hospital y una institución educativa.

Los contratos para ejecutar la primera fase ya se adjudicaron y se estableció que en este mes se entregaría la obra; sin embargo, hasta el momento solo se han hecho los estudios y diseños, porque surgieron inconvenientes con el terreno elegido, como que se inunda cuando llueve; además, el contrato de construcción se suspendió hace cerca de cuatro meses, porque en el análisis de suelos hallaron inconsistencias, lo que obligó a realizar un estudio más detallado. Es decir, que no hay certidumbre sobre la construcción de las primeras viviendas.

El más grande enemigo de Villarrica es la lluvia que en los últimos meses afectó aún más la población, ya que aparecieron nuevos hundimientos y grietas en sectores que no eran considerados tan críticos. Mientras los reubican, los habitantes claman por que les canalicen por los menos las aguas lluvias atenuar el peligro.

Es evidente que las construcciones no pueden ejecutarse sin tener la certeza de que el terreno es el apropiado para la reubicación, pero los días corren y la situación de los villarricunos es cada vez más difícil y la solución se ve más lejana.

 

¡Hagamos región y apoyemos lo nuestro! 

Lo invitamos a seguir leyendo aquí 

https://digital.elnuevodia.com.co/library  

 

EL NUEVO DÍA

Comentarios