Inflación cede, pero los ibaguereños aguantan hambre

Las cifras de estos dos meses nos indican que estamos ante otro año difícil, hecho que obliga a los gobernantes a enfocarse en mejorar la calidad de vida de los ibaguereños, y a revisar y reformular metas, si es preciso.

El consumo en los hogares colombianos ha disminuido por cuenta a la elevada inflación. Esto se vio reflejado en enero cuando el gasto fue menor 1,59 % con respecto al mismo periodo del año anterior, según un informe de Raddar. Con el incremento del salario mínimo, se registró una recuperación del gasto en las familias de menores ingresos, mientras que en los de ingresos altos cayó. Sin embargo, está por verse en el largo plazo el impacto de este aumento.

En enero, la inflación acumulada en Ibagué fue de 13,3 %, por encima el promedio nacional. El rubro que más contribuyó al aumento fue el de Alimentos y bebidas no alcohólicas que tuvo una variación de 26,9 %. En febrero, el costo de vida sigue elevado, aunque disminuyó tres puntos porcentuales con respecto al mismo período de 2022. El alza en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) estuvo impulsado principalmente por las divisiones de Educación (compra de uniformes, útiles escolares y matrículas) que aumentó 8.5 % y Muebles y artículos del hogar (2,04 %).

En Ibagué, la inflación comenzó a ceder en febrero y la variación mensual estuvo por debajo de la media nacional (1,29 %); el rubro de Educación creció 8,19 % y le sigue el de Transporte público con 2,97 %. La variación anual del IPC en Ibagué fue de 12,92 %, una de las tres ciudades que registró menor crecimiento. El precio de los alimentos llegó a 22,25 %.

No obstante que la inflación ha cedido, el hambre continúa siendo el mayor enemigo de los ibaguereños. De acuerdo con la encuesta Pulso Social del DANE, para el período septiembre-noviembre de 2022, el 39,5 % de los jefes de hogar de esta ciudad que fueron consultados indicaron que sus familias consumen menos de tres comidas al día, muy por encima del promedio de las 23 ciudades analizadas (27,1 %). La combinación de alto desempleo, informalidad e inflación están golpeando fuertemente las finanzas locales.

Las cifras de estos dos meses nos indican que estamos ante otro año difícil, hecho que obliga a los gobernantes a enfocarse en mejorar la calidad de vida de los ibaguereños, y a revisar y reformular metas, si es preciso. Ojalá la campaña electoral no los distraiga de lo importante, como definir estrategias para formalizar el empleo, incentivar la creación de empresas, atraer inversionistas, y mejorar las condiciones de la ciudad para hacerla más competitiva.

EDITORIAL

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