Decir que el agua es esencial para la vida es una perogrullada. Sin embargo, al revisar el estado de los recursos hídricos nos damos cuenta de que los gobiernos ni las personas prestan suficiente atención para conservarla.
El Día Mundial del Agua, que se celebra hoy, es una invitación para que reflexionemos sobre este insumo esencial para garantizar la vida y sobre el manejo responsable de este recurso. Más de dos mil millones de personas en el mundo no tienen asegurado el acceso al agua potable. En Colombia, pese a que es uno de los nueve países con mayores recursos hídricos, su disponibilidad ha venido disminuyendo de manera sostenida desde comienzos de siglo, al punto de que ya se presentan signos de inseguridad hídrica. Según el Ideam, 391 municipios están expuestos a padecer escasez de agua. La cobertura de agua potable alcanza el 74% de la población, es decir, que cerca de 13 millones de personas consumen agua insalubre.
Por cuenta de factores como el cambio climático, que elevará la temperatura en 2,14 grados a final de siglo; el aumento y frecuencia de los fenómenos del Niño y la Niña, la pérdida de glaciares, la contaminación de las fuentes de agua y la destrucción de los bosques nos estamos quedando sin agua.
De acuerdo con un informe de Cortolima de 2018, los ríos más contaminados del Tolima son el Combeima, el Chipalo, el Opia y el Alvarado; en ellos, la carga contaminante es producto de la inexistencia de plantas de tratamiento de aguas residuales. Solo el Combeima (la principal fuente de abastecimiento de Ibagué) presenta en su recorrido más de 200 puntos donde recibe aguas negras.
Con respecto al consumo, en Ibagué, el Ibal, que garantiza agua potable a sus usuarios, tiene una cobertura del 85%; el 15% restante de la población se surte de 32 acueductos comunitarios. No obstante, hay sectores de la ciudad (en las comunas 6, 7 y 9) que presentan serias deficiencias de abastecimiento. La esperanza para superar el déficit se halla en la culminación de las obras del acueducto complementario.
El agua es un recurso natural limitado y se encuentra en riesgo. Los gobiernos y los ciudadanos son responsables de su cuidado, de su adecuada gestión y su protección.
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