La peatonalización de la Tercera, un tema para revisar con detenimiento

Si la peatonalización es una decisión que no tiene marcha atrás, es necesario revisar con detenimiento los resultados del plan piloto, pues el impacto no se sentirá solo en la Tercera, sino también en las avenidas que conducen hacia el centro.

La peatonalización de la carrera Tercera, entre calles 15 y 19, hace parte de las obras del Sistema Estratégico de Transporte Público (Setp). De acuerdo con el gerente del Setp, César Yáñez, ya se están adelantando los estudios y diseños, y se estima que en cuatro meses comenzarán a ejecutarse los trabajos.

Para ambientar el proyecto, que se denominó “Camina la Tercera”, la Alcaldía dejó peatonal la vía entre las calles 15 y 17, durante dos días del pasado fin de semana. El objetivo de este plan piloto era medir el impacto del cierre en la movilidad de las vías aledañas, en el comportamiento ciudadano y en las ventas. Para invitar a los ibaguereños a participar de este ejercicio, se programaron actividades culturales, comerciales y gastronómicas.

Sin embargo, esta prueba no cayó muy bien entre los comerciantes formales del sector, pues notaron que en los días en que se puso en práctica el experimento, las ventas disminuyeron, lo mismo que la afluencia de público, según expresó el director ejecutivo de Fenalco, Cristian Gutiérrez. También les preocupa que la inseguridad se incremente, y que lleguen más vendedores informales como ocurre entre las calles 10 y 15.

Si la peatonalización es una decisión que no tiene marcha atrás, es necesario revisar con detenimiento los resultados del plan piloto, pues el impacto no se sentirá solo en la Tercera, sino también en las avenidas que conducen hacia el centro, que resultarán más congestionadas. Para que el proyecto funcione, este debe ser acompañado de una cuidadosa planificación sobre la movilidad vehicular. Además, mientras Ibagué siga siendo una ciudad con alto desempleo e informalidad, las calles siempre serán la mejor opción para que los desocupados se dediquen al “rebusque”.

Será necesario, entonces, que los agentes de tránsito hagan presencia en las vías adyacentes para que los conductores utilicen los parqueaderos y no invadan las calles con sus vehículos, y los usuarios del transporte público les den uso los paraderos; así mismo, los semáforos deberán funcionar correctamente y las calzadas tendrán que estar sin huecos. Los vigías del espacio público, por su parte, habrán de estar prestos para evitar que el paso peatonal sea ocupado por las ventas informales; aunque lo ideal sería que existiera un plan de formalización laboral.

Si no es posible garantizar la movilidad y que la vía no sea invadida, sería conveniente retrasar el comienzo del proyecto hasta tanto se creen las condiciones que permitan que este sea exitoso. 

EDITORIAL

Comentarios