Cerrar la brecha digital en el Tolima, una tarea impostergable

La falta de cobertura les está negando las posibilidades a miles de tolimenses para alcanzar el desarrollo del que tanto se habla en época de elecciones. Reducir la brecha digital debería ser un propósito regional.

El internet les permite a los ciudadanos obtener información, conocimiento y tecnología para desarrollarse económica y socialmente. Sin embargo, los países más pobres están lejos de alcanzar una cobertura que satisfaga estas necesidades.

De acuerdo con las Naciones Unidas, 720 millones de residentes en los países menos adelantados no tienen acceso a internet. Y con ello las posibilidades de progreso son mucho más reducidas con respecto a los países ricos.

En Colombia, el acceso en internet se concentra, como la mayoría de los bienes y servicios, en las grandes urbes, mientras que los territorios más apartados y con menos habitantes se hallan por fuera de cobertura. De acuerdo con el reporte del Ministerio de las TIC, correspondiente al último trimestre de 2022, solo el 17,5% de los colombianos tiene acceso fijo a internet y 77% cuenta con acceso móvil.

La situación del Tolima es desalentadora. Más de la mitad de los municipios (29) tienen una cobertura de internet fijo que apenas alcanza el 2% de la población; es decir que solo dos de cada 100 habitantes cuentan con este “privilegio”. Estos lugares son los que, además, carecen de vías, agua potable y el servicio de energía es deficiente.

Las explicaciones para no llevar internet a las zonas lejanas son fundamentadas. Es cierto que hay lugares de difícil acceso, especialmente en la parte alta de las cordilleras; que el servicio de energía es inestable y que las vías de acceso se encuentran deterioradas como resultado de décadas de abandono; pero no se aprecia un claro esfuerzo por superar estas condiciones.

La falta de cobertura les está negando las posibilidades a miles de tolimenses para alcanzar el desarrollo del que tanto se habla en época de elecciones. Reducir la brecha digital debería ser un propósito regional, ya que el acceso a internet brinda oportunidades de formación, de ser competitivos y de mejorar la calidad de vida en los lugares más apartados. No invertir en este servicio es otra forma de empujar a los jóvenes a salir hacia los centros urbanos, obligados por la necesidad encontrar aquello que en sus lugares natales no existe; al mismo tiempo estas poblaciones no van a contar con personal calificado entre sus habitantes, ya que quienes emigran saben que al regresar van a llegar a un lugar que carece de las condiciones para poder desarrollar las actividades para las que fueron capacitados

El Nuevo Día

Comentarios