Un reconocido docente invidente denunció que fue discriminado por el conductor de una buseta que no quería transportarlo porque no llevaba acompañante. Dijo, además, que esta no es la primera vez que le sucede.
Esta situación pone de relieve los padecimientos cotidianos de las personas con discapacidad. En Ibagué se han habilitado algunos espacios, pero aún falta mucho para que la ciudad sea realmente inclusiva. Esta, como muchas otras urbes, a medida que creció fue pensada para los vehículos, con amplias avenidas, calzadas pavimentadas e iluminación suficiente, y para los peatones que no presentan discapacidades. Algo similar sucede en los edificios públicos, los parques y otros escenarios. Estos espacios, sin las adecuaciones necesarias, son infranqueables para las personas con discapacidades, porque carecen de rampas de acceso, los baños son inadecuados, las escaleras son estrechas y no hay ascensores diseñados para quienes llegan en sillas de ruedas, por ejemplo.
Pero no solamente las barreras son para personas con discapacidades. También los padres de familia con bebés se ven en serias dificultades para trasladarlos en sus cochecitos. No solo en el transporte público y los edificios públicos, sino en las calles; los andenes son desiguales (donde los hay), unos presentan desniveles; otros tienen escalones, en algunos construyeron rampas atravesadas para que entren los vehículos a los garajes. Por eso muchas madres se ven en la obligación de transitar por las calzadas de los carros poniendo en riesgo su seguridad física y la de sus hijos pequeños. Otro grupo poblacional que también padece por estos obstáculos son los adultos mayores, cuyo número es cada vez más grande.
Además de que se eliminen las barreras físicas y que se implementen ayudas informativas (semáforos sonoros y otros), es preciso que el personal de las entidades que presta servicios al público (dependencias oficiales, almacenes, oficinas, instituciones de salud, conductores de taxis y busetas) conozca los derechos de las personas mayores y con discapacidades para que no los discriminen y sepa cómo atenderlos.
En el caso que nos ocupa, sería bueno conocer cuáles son los argumentos de la empresa para prohibirles a sus conductores que transporten personas invidentes sin acompañantes (desconocimiento de las leyes, temor por un accidente, etc.), y que desde la Alcaldía se les informe la forma cómo deben proceder en estas circunstancias, porque, además de discriminar a las personas invidentes, se está vulnerando su derecho a la libre locomoción.
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