Los perdedores del paro de camioneros

Después de cuatro días en que gran parte del país estuvo bloqueado por cuenta del  paro de los camioneros, motivado por el alza del precio del diésel, la economía resultó seriamente golpeada.

Hubo bloqueos en 142 municipios de 23 departamentos; más de 1.800 vehículos obstaculizaron las vías y un poco más de 5.500 personas se movilizaron.

El sector más impactado con los cierres viales fue el de los alimentos perecederos, pero también resultaron perjudicados los hoteleros (Cotelco estimó las pérdidas diarias en 86.000 millones de pesos), los comerciantes (240.000 millones de pesos diarios, según Fenalco); las exportaciones (300 millones de dólares diarios, de acuerdo con Analdex) y la construcción. Este es el balance preliminar, porque aún no se han totalizado los daños.

Miles de litros de leche no se comercializaron; otros tantos miles de animales no pudieron ser movilizados; productos como la cebolla, las verduras y las hortalizas reportaron alzas considerables. Millones de personas no pudieron llegar a tiempo a sus trabajos y miles de niños no pudieron asistir a clases. En Ibagué, según se reportó en las plazas de mercado, algunos alimentos subieron su precio en más del 50%. Corrió el rumor, además, de que había  escasez de combustibles, lo cual llevó a que se formaran largas filas en las estaciones de servicio.

 Adicionalmente, el paro tendrá un impacto en el costo de vida de septiembre y anuló la buena noticia que había entregado el DANE sobre el IPC de agosto, cuando la variación mensual fue de 0,0%; el aumento entre enero y agosto fue de 4,33% y la variación anual fue de 6,12%. En Ibagué hubo un decrecimiento de 0,08%. El de los alimentos y bebidas no alcohólicas fue el rubro que más bajó.

Los perdedores del paro fueron los pequeños cultivadores, que debieron sacrificar parte de sus cosechas, de sus animales, de su leche; los pequeños comercios, los negocios dedicados a la venta de comidas y las familias más pobres que debieron comprar menos, porque sus ingresos no les permitieron comprar la comida encarecida.

Si bien la protesta social en Colombia es un derecho ciudadano, amparado por la Constitución, también es cierto que con acciones de facto, como el cierre de las vías, se están vulnerando los derechos de los demás colombianos.

 

EL NUEVO DÍA

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