Urgen medidas correctivas drásticas en la vía Murillo-Manizales

De nuevo, el turismo irresponsable en la vía Murillo-Manizales causó alarma entre las autoridades del Tolima.

Durante la semana de receso se formaron largos trancones en la carretera. Pero no fue solo eso: los viajeros se estacionaron en donde les vino en gana e irrespetaron las normas de tránsito, y, lo más grave, ingresaron a la zona de los frailejones y maltrataron un ecosistema frágil que es de gran importancia como “fábrica de agua” de gran parte de la región Andina, además de dejar a su paso grandes cantidades de basura.

Con diversas estrategias, las autoridades han intentado, con pobres resultados, concientizar a los visitantes para que sean responsables con el medio ambiente y acaten las leyes de tránsito. Según el director operativo de Tránsito del Tolima, Miguel Bermúdez: “A pesar de la gran cantidad de estrategias pedagógicas, intervenciones en capacitación, sensibilización y motivación al riesgo que hemos efectuado junto con distintas autoridades, parece no ser suficiente. Hoy, una vez más, hemos evidenciado cómo una muy buena parte de los turistas no respetan a las autoridades ni la prohibición de estacionamiento sobre esta vía, poniendo en riesgo la zona de páramo que requiere especial protección por parte de todos los ciudadanos".

Ante la inutilidad de las campañas de concienciación, las autoridades están contemplando la aplicación de disposiciones más severas. Entre las propuestas que ha planteado el gobierno seccional se encuentran la instalación de un peaje ambiental, la aplicación de un “pico y placa” ambiental, para regular el ingreso de personas, y la instalación de equipos de detección electrónica que posibiliten la imposición de sanciones a los irresponsables que se estacionen en cualquier lado y que atenten contra la naturaleza.

Lo cierto es que las medidas que se apliquen han de ser prontas, pues en noviembre hay dos puentes festivos y luego llega la temporada decembrina, con lo cual se esperan miles de turistas. No se puede permitir que a nombre del fomento del turismo y del florecimiento de negocios para los lugareños se desarrollen prácticas nocivas para el medio ambiente. Ojalá no haya necesidad de imponer prohibiciones, como el cierre por temporadas de la vía, para impedir la destrucción del ecosistema.

 

 

 

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