La campaña de este semestre ha sido brillante, prueba de ello es que quedó en el primer lugar de la reclasificación y obtuvo un cupo a la Libertadores, por encima de equipos de mayor renombre, prestigio y una nómina mucho más costosa, como Millonarios de Falcao, Santa Fe, Nacional y Junior. El Deportes Tolima ha mantenido su regularidad en los últimos años y ya no se puede calificar de equipo chico.
Es la tercera ocasión en que el Tolima y Nacional se enfrentan en una final; en la primera (2018-1), Tolima salió vencedor y en la segunda (2022-1), cayó derrotado. Esta final será el desempate.
El primero de los dos encuentros de la final se disputará este miércoles 18 de diciembre en el Manuel Murillo Toro, donde se espera lleno total. Las autoridades locales han trazado un plan para garantizar la seguridad en los alrededores del estadio.
Este miércoles también hay una feliz coincidencia y es que el Tolima cumple 70 años desde su fundación, lo cual es un aliciente más para que los jugadores se entreguen en la cancha. El afecto que tienen los tolimenses por su equipo de fútbol es grande. Recordemos que hace 21 años (el 21 de diciembre de 2003), cuando el Tolima consiguió su primera estrella, los ibaguereños, desbordantes de alegría, esperaron hasta la medianoche la llegada del equipo en un vuelo chárter, después de haber derrotado al Deportivo Cali en el Pascual Guerrero, y hasta altas horas de la madrugada celebraron el título.
El Deportes Tolima ha sido y será un símbolo de la identidad tolimense y un motivo de orgullo que se lleva en el corazón. Por eso, hay que acompañar al equipo y disfrutar en familia. Esperamos que los aficionados que asistan al estadio o que vean los partidos en las pantallas de televisión celebren con alegría, pero sin excesos.
Los tolimenses soñamos con la cuarta estrella y anhelamos recibir una Navidad anticipada; en verdad, estamos necesitados de motivos para celebrar, después de un año difícil.
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