Los dueños de busetas y conductores de Ibagué anunciaron un paro indefinido para el próximo viernes 31 de enero, para expresar su inconformidad con la implementación del Sistema Estratégico de Transporte Público (SETP).
El líder del gremio transportador José Edilson Pava argumenta que se hizo un acuerdo con la Alcaldía desde 2023, que no ha sido cumplido. El aludido pacto se concretó después de un paro de 12 días, que se presentó a finales de julio y comienzos de agosto de 2023, y que dejó pérdidas por más de 70.000 millones de pesos, según los gremios económicos de la ciudad. En aquella ocasión, el detonante fue la adjudicación de un contrato por más de 16 años a la empresa Infotic para el recaudo del SETP, que debió ser liquidado por la alcaldesa, Johana Aranda, en febrero del año pasado.
Al paro, que está anunciado desde octubre del año pasado, se unirán posiblemente los taxistas, el gremio de los camperos y algunas comunidades. Los taxistas dicen que protestarán por el aumento sin control del transporte ilegal a través de plataformas tecnológicas y grupos de Whatsapp, y anunciaron bloqueos porque, dicen, tienen que “hacerse sentir”.
La Alcaldía muestra, por su parte, que este año se ejecutarán proyectos del SETP por más de 57.000 millones de pesos (semaforización, repavimentación de un tramo de la Quinta, actualización del estudio de demanda y la instalación de más de 1.000 paraderos) e hizo un llamado al diálogo a los transportadores para contener el paro. El concejal Carlos Mauricio Beltrán salió en defensa de la administración local y expresó que esta protesta sería un acto “irresponsable”, porque se han abierto espacios de diálogo y mesas de trabajo desde agosto.
Las partes expusieron sus razones. Ahora, es imperioso que se busque una fórmula de acercamiento para conjurar el paro. Los dueños de busetas y los conductores necesitan respuestas a sus inquietudes puntuales, pero también llegar a la mesa de negociaciones con el ánimo de concertar. Un paro indefinido sería fatal para la débil economía ibaguereña y un perjuicio enorme para los ciudadanos, que serían los más afectados con los bloqueos.
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