Seguramente por sus 76 años no tendrá un pontificado como el de Juan Pablo II, pero tampoco será un Benedicto XVI y más de un millardo de fieles estará pendiente de su guía, sus prédicas y su ejemplo.
Lo ocurrido en Pereira es similar a lo acontecido en Cali, Medellín y Montería y como se ve todos los días, falta mucho para poder recuperar esas y otras zonas para la normalidad y la civilidad. Motivo de más para reforzar las precauciones y para que las autoridades extremen la vigilancia y estén prestas a controlar los brotes de las irregulares actividades.
No habrá fórmulas mágicas ni propuestas de efecto instantáneo, pero sí jornadas prolongadas, discrepancias naturales, errores en el trámite y elementos de confusión para lo que se requerirá de grandes dosis de paciencia, generosidad y comprensión de todos.
Inútil resulta recabar sobre la importancia de la obra, el ahorro en tiempo y recursos que ha de traer para los colombianos y lo indispensable dentro del esquema de la inserción del país en un mundo regido por el intercambio económico y la eficiencia en el transporte.
Los 12 días del traumático paro cafetero se saldaron con consecuencias que tendrán efecto en el mediano y largo plazo que no serán solo económicas sino políticas, sociales y gremiales.
La víspera la cúpula de Pyongyang ha anunciado que está dispuesta a renunciar al armisticio que puso fin a la Guerra de Corea y no se sabe que pueda ocurrir con la insondable y extraña conducta del aislado país. Cualquier cosa se puede esperar.
En nuestra edición del pasado miércoles se dio cuenta de una frustrada oportunidad de confrontar posiciones respecto de la explotación aurífera en la zona de Cajamarca llamada La Colosa.
Sin duda habrá mucho que ver antes de que terminen las protestas, pero también muchos dejarán ver sus cartas y sus verdaderos intereses en medio de la turbulencia.
Gracias a los inconmensurables recursos petroleros venezolanos gobiernos como el de los Castro en Cuba, Ortega en Nicaragua, Morales en Bolivia, los Kirchner en Argentina e inclusive el de Correa en Ecuador lograron sobreaguar a graves problemas económicos.
A lo anterior se debe sumar, en el caso tolimense, un delicado aspecto reseñado recientemente en estas líneas: el enorme porcentaje de ciudadanos analfabetas que existen en el departamento, que alcanzan a más del 11 por ciento de la población y que casi duplica los índices nacionales en esa penosa condición.