Cuevas de Copete, belleza rústica que se preserva entre las montañas de Chaparral

Crédito: Helmer Parra / El Nuevo Día
Llegar a las Cuevas de Copete es una aventura que vale la pena vivir, el trayecto además de poner a prueba el físico de sus visitantes, permite una desconexión de la rutina, asimismo, brinda a los tolimenses un motivo más para que se sientan orgullosos de esta ‘Tierra firme’.
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En este Día del Medio Ambiente, EL NUEVO DÍA encontró historias que van encaminadas a recordar las riquezas naturales que hay a lo largo y ancho de la región, asimismo, tienen una conexión con el lema de 2022 que es una ‘Una sola tierra’.

Con dicha frase se busca “generar conciencia sobre la necesidad de vivir de forma sostenible, en armonía con la naturaleza, a través de cambios sustanciales impulsados por políticas y elecciones cotidianas que nos guíen hacia estilos de vida más limpios y ecológicos”, se explica desde el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Pnuma.

Esto teniendo presente las bondades con las que se cuentan hoy y que exigen una inmediata protección, pues si no es ahora, no habrá un legado para las próximas generaciones de tolimenses.

Cuevas Chaparral

Un destino tres cuevas

En el territorio ‘pijao’ se guardan maravillosos lugares que indiscutiblemente vale la pena hacer el esfuerzo por conocer, ejemplo de ello, son las Cuevas de Copete en Chaparral, un lugar bañado por la quebrada que lleva el mismo nombre y en el que se encuentra tres milenarias cavernas que seducen a visitantes y exploradores, con sus diferentes formas.

Llegar a ellas, es la excusa perfecta para internarse en el interior de esta población, ubicada al sur del departamento, igualmente, es una oportunidad para conectarse con la naturaleza y encontrarse con un entorno que pone a prueba a los citadinos, que en ocasiones se dejan llevar por el sedentarismo.

Partiendo desde el casco urbano se deben recorrer 10 kilómetros en vehículo, hasta llegar al punto de partida que es en la vereda Tuluní, desde ahí se empieza una caminata que puede durar entre una hora y media o dos, dependiendo el físico de la persona, tiempo en el que se atraviesa diferentes tipos de senderos, contando áreas planas y pendientes.

Además de ello, se cruza por varios espacios naturales que ayudan a mitigar el cansancio y para los más expertos en senderismo, los inspirará a seguir con esta actividad deportiva. En esta aventura es indispensable el acompañamiento de un guía nativo, que de mayor seguridad al visitante.

Después del largo recorrido, en medio de montañas y casi que en las entrañas de la vereda Copete, se encuentran las cuevas del Agua, el Tigre y el Pesebre, cada una de ellas guarda historias que indiscutiblemente conectan al visitante tolimense con sus raíces y al foráneo, lo invita a conocer más de estas tierras sureñas.

Cuevas Chaparral

Como su nombre lo indica, la del Agua tiene en su interior diferentes niveles del preciado líquido, que permite al caminante irse moviendo al interior sin dificultades, los reflejos de luz que logran colarse, generan interesantes reflejos que sobresalen en los espeleotemas.

“Las formaciones se dan gracias a una precipitación química, se forman grietas, por ellas se desliza agua, que se solidifica con las arcillas y piedras”, explicó Brayan Lozano, guía turístico.

Algunas de las narraciones históricas, mencionan que estas cavernas fueron utilizadas por los antepasados pijaos, para esconderse de los españoles, pues su interior es una especie de laberinto que a la vez sirve de resguardo.

Las formas conoidales son de dos tipos de espeleotemas y se definen según su ubicación, las estalactitas son las que parten del techo hacia el suelo y las estalagmitas se forman al contrario.

“Las estalactitas se pueden ver que gotean, porque tienen un conducto, ella suelta el agua y la estalagmita la recibe hasta encontrarse, cuando lo logran forman una columneta. Es una formación de miles y miles de año”, agregó el joven.

La cueva del Tigre resguarda en su interior el fuerte sonido del agua, pues de allí sale con fuerza un chorro que termina uniéndose con la quebrada Copete. De la misma forma, se pueden apreciar hermosas formas de estalactitas y estalagmitas de gran tamaño.

Para llegar a la del Pesebre, se debe subir por una cuesta empinada con la ayuda de una cuerda, luego al ingresar a su interior se debe descender aproximadamente 7 metros de alto, también, con la ayuda de un lazo. A diferencia de las anteriores, esta se caracteriza por ser seca.

El nombre de el Pesebre, al parecer, se relaciona con las marcadas formas picudas de sus estructuras.

Cuevas Chaparral

Y es que este potencial ecoturístico que genera admiración, también está motivando a los jóvenes chaparralunos a quedarse en su ‘tierrita’, pues ven una opción laboral en medio de la escasez de fuentes de empleo.

Este es el caso de Brayan Lozano, un licenciado en Ciencias Naturales egresado de la Universidad del Tolima que desde su adolescencia empezó a recorrer diferentes paisajes de la también conocida como ‘Tierra de grandes’.

Indicó que además de las conocidas cuevas de Tuluní y Copete, existen diferentes balnearios, a los que se le suma el páramo de Las Hermosas y al preguntarle si los lugareños los visitan, contó que “hay muchas personas que los conoce, que se apropian de nuestros sitios turísticos, como hay mucha gente que los desconocen”.

Agregó, que son varias las personas que se están beneficiando del turismo, pero falta mayor apoyo de la Administración municipal, pues es un destino de aventura. Actualmente, Brayan junto a cinco compañeros más, están estudiando la Tecnología de Guianza Turística en Sena, con el fin de brindar un servicio de forma profesional.

Cuevas Chaparral

Recomendaciones

La visita a las cuevas El Copete es recomendada para las personas que les gusta el senderismo, la naturaleza, la aventura y la espeleología.

Además de ir acompañado por un guía local, se debe llevar ropa y zapatos cómodos, bloqueador solar, repelente de mosquitos, gorra, agua y linterna.

Ir con la disposición de caminar un largo trayecto.

Proyección ecoturística

El Plan de Desarrollo del mandatario Hugo Fernando Hernández, tiene como objetivo posicionar a Chaparral como centro ecoturístico del sur del departamento, proyectando preservación, conservación y exploración responsable con los recursos naturales.

En el inventario de sitios que tienen potencial turístico está el páramo de Las Hermosas, las cuevas de Tuluní y las de Copete, a lo que suma la riqueza hídrica y la calidez de las comunidades.

La idea es promover el uso sostenible de los sitios con los que se cuenta, incentivar el turismo local, adelantar acciones mediante la implementación de políticas públicas que fomenten el crecimiento del sector para generar mayores ingresos, estabilidad y desarrollo para la economía de la región.

 

Credito
XIMENA VILLALBA C.

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