En el barrio La Gaviota aguas negras permean la quebrada La Saposa

Crédito: Jorge Cuéllar / El Nuevo DíaEn el lugar abundan los malos olores y todo tipo de plagas.
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Habitantes del barrio La Gaviota denuncian como en ausencia de un sistema de recolección, conducción y tratamiento de aguas negras óptimo, las mismas llevarían años cayendo, sin ningún tipo de control, sobre la quebrada La Saposa.
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Según denunciaron algunos habitantes, durante varios años las casas aledañas al cauce han contribuido a la contaminación de la misma, pues producto del colapso de un pozo recolector al que estaban conectadas varias viviendas, los residuos se estarían vertiendo directamente sobre el afluente hídrico.

* Pozos colapsados y obras inconclusas serían los motivos que explican la contaminación que desde hace años viene sufriendo el afluente hídrico.

“Nosotros pensamos que cuando el nuevo barrio Villa Candia conectó sus redes al pozo, se reventó la parte hidráulica de todo esto, sumado a la falta de protección de la tubería, ahora vemos cómo se contaminan las aguas”, aseguró uno de ellos.

En ese sentido, son varias las familias que en los días soleados tienen que soportar los fétidos olores que impregnan todo el ambiente, situación que se ve algo atenuada, cuando empieza a llover. Sin embargo, como explican, esas precipitaciones de agua amenazan con posibles desbordamientos, por lo que en ningún escenario encuentran tranquilidad. Por lo anterior, los sectores afectados tienen que lidiar con la proliferación de ratas, gallinazos, cucarachas, zancudos e insectos peligrosos como la mosca verde.

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“En el 2019 hicimos un recorrido con Gestión del Riesgo y el Ibal, para que vinieran a mirar cómo le hacían un mejoramiento al pozo, porque desde que colapsó nadie se aguanta los malos olores. (...) Es lamentable que prácticamente nos toque arrodillarnos ante la administración para que venga y nos escuche”, aseguró Otilia Ortiz Alonso, presidenta de la Junta de Acción Comunal.

Por su parte, igualmente compleja es la situación en la parte alta de este barrio, en la que un vocero lleva años exigiendo a las autoridades que concluyan una obra que, en principio, tenía por objetivo acabar con este foco de contaminación y de enfermedades.

Julio César Parra es un señor que, pese a su avanzada edad, no le han faltado fuerzas para denunciar lo que para él ha sido una serie de irregularidades por parte del Ibal para realizar el saneamiento de la cuenca del río y la construcción de un colector de aguas residuales, según estaba contemplado en un convenio interdisciplinario que había suscrito la entidad con Cortolima a finales del 2008.

“El Ibal tenía que continuar con un colector, pero lo hizo hasta la 22, el cual he llamado ‘la fosa común’, porque el montón de dinero que invirtieron para eso quedó en nada. He ido a todas partes a arrodillarme y preguntarles qué vamos a hacer con ese problema, solicitud que no han escuchado”, afirmó Parra.
Según aseveró el ciudadano, quien ha llevado la batuta de este proceso, las obras adelantadas no cumplirían con la función para la cual fueron proyectadas, puesto aunque han pasado muchos años, estas se encuentran aún sin concluir. Contratiempo que resulta más preocupante, si se tiene en cuenta que, producto de su no pronta intervención, podría haber un detrimento en los recursos públicos.

“Necesitamos que a partir de la calle 14, hasta la 23, tenga que continuar ese colector. Lo que yo busco es a alguien que nos ayude a terminar esto, porque incluso autoridades judiciales estuvieron por acá diciendo que se debían hacer unas cosas, pero todo se lo ha llevado el viento”, dijo Parra.

Los presuntos incumplimientos de la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado, habrían llevado a que la máxima autoridad ambiental iniciara un proceso jurídico para que la entidad hiciera devolución de los recursos aportados, y de paso, dar por terminado el convenio.

Como consecuencia del grave daño ambiental, César comenta que la comunidad ha tenido que padecer una serie de afectaciones a su salubridad, como lo han sido enfermedades infecciosas, intestinales, fiebres, diarreas, dengue y gripas.

Por todo lo anterior, las personas le solicitan a las autoridades terminar la obra con el fin de realizar la conexión de todos los vertimientos de aguas residuales y domésticas, que hoy se descargan al aire libre en la quebrada.

Asimismo, adelantar acciones complementarias que permitan recuperar la cuenca hidrográfica, la cual se encuentra severamente afectada por la alta concentración de basuras.

 

Al cierre de la presente edición, fue imposible conocer la versión del Ibal

 

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