Gustavo Petro, el nuevo inquilino de la Casa de Nariño

Crédito: Colprensa - El Nuevo Día
El líder de izquierda llega a la Presidencia tras un amplio recorrido político. Fue concejal, congresista, alcalde de Bogotá e hizo tres intentos para llegar al Palacio Presidencial.
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Luego de tres intentos, el exalcalde de Bogotá y actual senador por el partido político Colombia Humana, Gustavo Petro Urrego, será el  nuevo inquilino de la Casa de Nariño tras ganar las elecciones de segunda vuelta con 11.281.002 votos, superando así la aspiración de su competidor, el exalcalde de Bucaramanga Rodolfo Hernández.

Petro, un reconocido líder de izquierda que ha hecho su carrera política en diferentes ámbitos, será quien gobernará el país durante los próximos cuatro años. Pero, ¿quién es el nuevo Presidente de Colombia?

Gustavo Francisco Petro Urrego nació el 19 de abril de 1960 en Ciénaga de Oro, Córdoba. Tiene 62 años y aunque quiso ser médico estudió Economía, Administración Pública, y es especialista en Medio Ambiente y Desarrollo Poblacional. 

Es padre de cuatro hijos:  Andrés Petro Herrán, Andrea Petro, Sofía Petro, Antonella Petro Alcocer y Nicolás Petro Burgos, actual diputado del Atlántico. 

En 1980 fue personero de Zipaquirá, Cundinamarca, y luego fue concejal. Siendo cabildante comenzó a militar en el Movimiento 19 de Abril, una guerrilla de izquierda que después fue conocida como M-19 y que es recordada por la violenta toma del Palacio de Justicia en 1985.

Quizá ese hecho ha sido uno de los más cuestionados en la vida política de Petro.

Posteriormente, en 1990 durante el gobierno de Virgilio Barco, Petro y los demás militantes del M-19 firmaron un acuerdo de paz y se dio la desmovilización del grupo. 

Su llegada al Congreso 

En 1991 Gustavo Petro llegó por primera vez a la Cámara de Representantes como militante del Partido Alianza Democrática M-19, un movimiento que fue fundado por él y otros líderes de izquierda luego del proceso de paz con el gobierno de Barco. 

En 1998 se hizo elegir nuevamente, pero esta vez como candidato a la Cámara por Bogotá. Ahí estuvo durante dos períodos más, hasta que en 2006 fue elegido senador de la República en las listas del Polo Democrático Alternativo. 

En búsqueda de la Casa de Nariño

El adagio popular dice que la tercera es la vencida. Y eso le pasó a Gustavo Petro. Su primer intento por ‘conquistar’ la Casa de Nariño se dio en 2010 con el aval del Polo Democrático, luego de ganar gran reconocimiento a nivel nacional por sus fuertes debates, sobre todo contra la parapolítica.

Su fórmula vicepresidencial en ese intento fue la hoy senadora electa por el Pacto Histórico, Clara López, con quien alcanzó 1.331.267 votos, quedando en el cuarto lugar en la primera vuelta.

Compitió contra Enrique Pardo y Antanas Mockus. Sin embargo, quien resultó elegido fue Juan Manuel Santos, en ese momento candidato del uribismo.

Revancha en la Alcaldía 

Tras su primer intento por llegar a la Presidencia de Colombia y luego de conocer su caudal electoral, Petro se trazó un nuevo objetivo: llegar a la Alcaldía Mayor de Bogotá. 

Su principal rival fue el hoy exalcalde de esa ciudad, Enrique Peñalosa. 

Petro alcanzó 600.934  votos, una ventaja de apenas 132.481  respecto a su contrincante. 

Por aciertos y desaciertos en su administración, Gustavo Petro alcanzó un gran reconocimiento a nivel nacional. 

Un segundo intento 

El mismo Petro y su familia aceptan que la terquedad es uno de sus defectos. En las consultas interpartidistas de 2018, el exalcalde de Bogotá le ganó al hoy gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, obteniendo 2.848.796 votos contra 514.802.

Petro, candidato único de la colectividad de izquierda, compitió en una primera vuelta contra Piedad Córdoba, Sergio Fajardo, Iván Duque, Germán Vargas Lleras y Humberto de La Calle, entre otros. 

Su victoria fue en primera. Sacó la segunda mayor votación y pasó a segunda vuelta con su eterno rival: el uribismo. En ese año el candidato del expresidente Álvaro Uribe era Iván Duque, un exsenador de bajo perfil que se consagró como presidente de Colombia al obtener 10 millones de votos, mientras que Petro alcanzó 8 millones. 

El Proceso de Paz entre el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos y la hoy extinta guerrilla de las Farc, estableció el Estatuto de Oposición, el cual definió que en cargos de elección popular, la segunda mayor votación accedería a una curul. 

Fue así como Gustavo Petro regresó en ese año al Senado, donde hizo fuertes debates de control y ganó aún más reconocimiento en los círculos sociales y políticos de Colombia. Hizo amigos y enemigos durante su marcada legislatura, sumando aliados y contradictores.

El triunfo tras las derrotas

En las elecciones de 2018 y de este año Gustavo Petro reflejó favoritismo en el electorado colombiano. Creó la coalición del Pacto Histórico en la que compitió por la candidatura única con Camilo Romero, Francia Márquez, Alfredo Saad entre otros. Ganó con cerca de cuatro millones de votos y pasó a la contienda electoral, enfrentando entonces a Sergio Fajardo, Federico Gutiérrez, John Milton Rodríguez y Enrique Gómez. Finalmente los números le fueron favorables, sacó 8 millones de votos y pasó a una segunda vuelta con Rodolfo Hernández, a quien venció el pasado domingo con 11.281.002 millones de votos.

Petro, un ‘animal político’, llega a la Casa de Nariño a dar un giro hacia la izquierda. Las expectativas y los reflectores estarán encima suyo, de quienes lo rodean y de Francia Márquez, la recién elegida vicepresidenta de la República. 

Polémicas en el Pacto histórico

Desde antes de conocerse los candidatos presidenciales, Gustavo Petro figuró como uno de los grandes opcionados para llegar a Palacio de Gobierno. Sus cifras de intención de voto crecían mientras que las pullas en su contra empezaban a llegar desde los círculos políticos. 

Petro fue duramente criticado por recibir a Alfredo Saad en su Pacto Histórico, pues es un líder cristiano en contra del aborto, de las libertades individuales que Petro y la izquierda han defendido desde hace más de ocho años cuando intentó por primera vez llegar a la Presidencia de la República. 

El aterrizaje de Piedad Córdoba, una polémica exsenadora que tuvo nexos con el chavismo venezolano, también generó ruido dentro de la colectividad del Pacto Histórico. Ha sido vinculada con Álex Saab, el señalado testaferro de Nicolás Maduro, de estar vinculada con la ‘farcpolítica’ y de llevar dólares sin reportar a Guatemala. 

Su intento por unirse con César Gaviria y el Partido Liberal también causó polémica. Incluso Ingrid Betancourt, quien compartió debates con Petro mientras fue candidata presidencial, lo señaló no de haber fundado el Pacto Histórico sino un “pacto con el diablo”. 

Los recordados ‘petrovideos’, su paso por el M-19, su cercanía con Roy Barreras, Piedad Córdoba y Armando Benedetti también hicieron parte de los señalamientos en su contra durante la dura campaña electoral. 

 

Credito
El Nuevo Día

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