Espinal fue un fortín conservador hace varios años, pero perdió el poder por cuenta de las divisiones al interior del partido a la hora de elegir al candidato único. Con una baraja de aspirantes tan amplia y diversa, ¿cómo van a hacer para que no se repita la historia?

De las doce personas que iniciamos, ya se han retirado varios. Es cierto que las consultas, como mecanismo de elección, no han servido: si participan seis precandidatos, el ganador se lleva a dos y los demás, ya derrotados, terminan apoyando a otros partidos. En 2019 tampoco sirvió la encuesta: algunos jugaron sucio y aunque Carlos Barrero ganó, cuatro de los siete que participaron se fueron con Juan Carlos Tamayo, el actual alcalde. En este caso el senador Óscar Barreto nos pidió llegar a un común acuerdo, mediante la modalidad de consenso, pero quién va a ceder cuando no existen criterios o parámetros de depuración.

¿Entonces es probable que, una vez más, el partido elija a un candidato, pero no termina cohesionado sino resquebrajado?

Óscar Barreto y el grupo de parlamentarios deben de mirar que, si no hay una escogencia limpia y reglas claras, se divide el partido otra vez. ¿Y a qué me refiero con escogencia limpia? Al final, la elección del candidato va a ser definida por la bancada, en cabeza del senador. Esperamos que esa elección atienda criterios de trayectoria política, académica y profesional, pero también de formación ética en lo público. Si tenemos unas reglas de juego definidas, habrá conformidad en la escogencia, pero no puede ser que gane alguien que no tenga un recorrido comprobado. 

¿Se refiere a alguien en particular?

Hay compañeros precandidatos con una muy buena hoja de vida, pero existe inconformidad por el rumor insistente de que van a escoger a alguien que no tiene trayectoria. Hernando Cárdenas, exrepresentante a la Cámara y exalcalde de Espinal, está preocupado porque no ve parámetros ni directrices. A él, como a nosotros, nos inquieta la posibilidad de que se imponga a alguien sin méritos. Lo que hemos dicho la mayoría de los precandidatos es que se fijen reglas para saber cómo vamos a jugar.

Usted ha sido personero, docente universitario, asesor de varios gobiernos, director del Ministerio del Trabajo en el Tolima. ¿Qué lo motiva a intentar ser alcalde?

Siempre que he llegado a ocupar un cargo público, lo he hecho pensando en hacer un buen servicio social. Ese trabajo me ha traído un reconocimiento. Le confieso que desde pequeño he querido ser alcalde. La he luchado mucho, participando en procesos políticos, pero no he tenido la ‘patadita de la buena suerte’ para congraciarme con los jefes del partido. Siempre he tenido en el horizonte, como una meta de vida, llegar a dirigir los destinos de Espinal. Pero, más que eso, es que me preocupa la degradación del tejido social en el municipio.

¿A qué se refiere con que no se ha podido congraciar?

Yo he aspirado en otras ocasiones. La primera vez que lo intenté fue en 1990. Pero en una convención, los jefes de mi partido, Maximiliano Neira, Henry Pava Camelo y Daniel Mazuera Gómez, me pidieron declinar diciéndome que era la reserva moral del partido y ofreciéndome un cargo. Los obedecí y me incumplieron. En 2007, después de ganar la consulta, pese a la división de siempre, me presenté como candidato oficial y saqué 11.970 votos. 

No importó que haya sido la votación más alta que haya tenido un conservador en Espinal, porque después me dejaron solo y en 2011, cuando quise aspirar de nuevo, me pusieron palos en la rueda, que tenía que someterme a una consulta. Por rebeldía armé un movimiento ambientalista y me presenté como candidato independiente, por la ASI, avalado por Sergio Fajardo. Ahora aspiro a ser el ungido para tener el honor de ser el candidato del partido Conservador. Aspiro a que en mis manos el partido recupere la Alcaldía. 

¿Y cómo terminó apoyando a un liberal jaramillista como el exsenador Guillermo Santos?

Yo soy conservador de pura cepa. Por tradición y convicción en mi familia somos de la línea de Álvaro Gómez Hurtado. Sus ideas por acuerdo sobre lo fundamental  adquieren más sentido hoy, tanto así que  Gustavo Petro enarbola un acuerdo nacional. Pero para responder a su pregunta, mire cuando a uno lo valoran más los contrarios: en 2007, Guillermo Santos, siendo representante, y los hermanos Saavedra de Espinal, me apoyaron cuando el partido Conservador me dejó solo, olvidado y endeudado.

Guillermo Santos me tendió la mano y me consiguió unos cargos, incluyendo la dirección territorial del Ministerio del Trabajo. De modo que seguí trabajando para él en sus procesos electorales al Congreso, pero también apoyaba a conservadores en la corporación contraria a la que él se lanzaba. Siempre me dijo que respetaba mi filiación, porque soy un gran conservador y no me da pena decirlo. 

Si ha recibido ese trato ingrato, ¿porque sigue obstinado en el conservatismo?

Mi amistad, afecto y gratitud es por Guillermo Santos, pero yo nunca me salí del partido Conservador. Una vez él se retiró de la política por su enfermedad y cumplió su paso por el Congreso, me volví a conectar y sentir la pasión por el partido cuando llegó el proyecto político de Ricardo Orozco y Andrés Fabián Hurtado. Ahora me pregunto: si los contrarios me valoran, ¿por qué los mismos de mi partido no lo van a hacer? Si llego a ser el candidato del partido, me quedará muy fácil hacer alianzas porque, como buen ‘alvarista’, no soy sectario. 

¿Con quiénes haría alianzas?

Yo debo obedecer directrices y parámetros del directorio conservador. No seré una rueda suelta. Pero el partido no llega solo a la Alcaldía si no hace alianzas y yo tengo buen entendimiento con sectores de los partidos Alianza Verde, Mira, Pacto Histórico e inclusive con la U. Me quedaría fácil armar una gran alianza para hacer grande al Espinal. 

¿Qué lo diferencia de los otros precandidatos?

Los demás precandidatos son excelentes personas, con virtudes y cualidades, y hojas de vida muy buenas. Yo tengo una experiencia demostrada en el sector público, idónea formación académica, probados procesos electorales, lealtad con el partido, pulcritud en el manejo de recursos, pero pienso que mi plus y mayor activo es que durante 30 años me dediqué a construir conocimientos en procesos de enseñanza y aprendizajes en varias universidades de la región. Tenemos en común que queremos que la persona que escojan sea integral. Es ahí donde viene la conformidad de todos o la inconformidad de la mayoría.

¿Qué aspiraría hacer en una eventual alcaldía de Espinal? ¿Cuáles serían los ejes de su propuesta?

Quiero poner mi experiencia en práctica y manejo pulcro de los recursos al servicio de los espinalunos y del presupuesto del Espinal. El 95 % de los alcaldes llegan a aprender: se gastan un año entendiendo cómo se manejan los recursos, al año siguiente formulan los proyectos y hacen lobby para que salgan, y el tercer año empiezan a contratar las ejecuciones. Todo eso, sin contar con la ley de garantías.

Entonces, si uno administra muy bien los recursos, tienen que rendir. Yo no comparto que se roben la plata del Plan de Alimentación Escolar, de los materiales de las vías terciarias, de la dotación de las escuelas y colegios, y que los funcionarios no cumplan con sus funciones. No comparto que no haya un plan de trabajo para ofrecerle oportunidades a la juventud, que está llevada del vicio. Los jóvenes merecen un mejor futuro y eso se hace a partir del deporte, la cultura, la recreación y la innovación tecnológica.

Aspiro a que en mis manos el partido Conservador recupere la Alcaldía de Espinal. Elio Fabio Rodríguez.

DATO 

En la competencia por la nominación del partido Conservador están, además de Elio Fabio Rodríguez, Gustavo Murillo, Jorge Enrique Cartagena, Abel Otálora, Wilson Gutiérrez y Carlos García Rico. También estuvieron sonando Marío Díaz, Elkin González, Carlos Barrero, Esteban Duarte y Carlos Alfonso Suárez.