Saavedra, esta vez, no quería decir adiós, como se titula una de sus máximas composiciones; tampoco quería dejar de sentirse en comunión con esas casi 800 voces que minuto a minuto honraban su prolífica obra en el tributo que le brindaron las estudiantes del colegio departamental Santa Teresa de Jesús.
Las emociones para esta intérprete y compositora vallecaucana no faltaron, dentro de este homenaje que tuvo anécdotas, grandes amigos y un mensaje de conservación de la melodía tradicional de nuestro país.
“Ser uno mismo, volver a la raíz, no tener miedo de nada y volar con los sueños”, esas son las claves de Saavedra, quien reflejó en este mensaje su vasta carrera con una producción de más de 600 composiciones, creadas precisamente sin temer al fracaso, lo que la ha hecho exitosa.
Un manojo de flores fue su presentación, más que los arreglos que adornaban la tarima, y que combinaban con ese amarillo, azul y rojo que con tanto ahínco ha defendido con su música, esa que la ha hecho destacarse en premios como los Grammy, o incluso en las 15 producciones discográficas que ha grabado durante su camino.
“Pienso que esto es un semillero importante y me parece vital enamorar a los niños de la música nuestra y eso lo están haciendo los profesores en este colegio”, reflexionó sobre la jornada.
Cabe anotar que así fue su iniciación musical, a los nueve años, edad en la que empezó a escribir canciones.
Una velada llena de momentos especiales
El profesor Jorge Enrique Pérez ha sido el precursor de la celebración del Día Nacional de la Música Colombiana en la institución, cuya edición número 13 tampoco ha sido exenta de momentos especiales, todo con la iniciativa de las estudiantes de Décimo.
Por ejemplo, el canto colectivo de obras como ‘Decir adiós’, ‘Una casa llamada país’, ‘Me borrarás’, ‘No eres un mal hombre’, ‘María de Madrugada’ (dedicada a su progenitora, María del Carmen, y ‘De eso se trata’.
Esas cerca de 800 voces también vibraron con la llegada al auditorio del músico y compositor ibaguereño Luis Enrique Aragón Farkas, quien cantó a dúo con Saavedra ‘Mi sueño’, con la que el optómetra ha quedado en la memoria colectiva.
“No solo honrar la raíz vale la pena, sino también a los papás, que nos dieron la oportunidad de inspirar a los demás y servir”, fue uno de los emotivos mensajes que calaron en los corazones de las jóvenes y sus docentes.
No se sabe si fueron sus palabras, su música o su espíritu de lucha los que motivaron a que las niñas no se despegaran al final de la jornada para pedirle un autógrafo, una fotografía o, simplemente, un consejo de vida.
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