Cuidado con las exageraciones

TOMADA DE INTERNET - EL NUEVO DÍA
La sabiduría popular reflejada en los refranes se debe tener en cuenta. La mayoría de ellos como por ejemplo “el que mucho abarca poca aprieta” o “cuando río suena piedras lleva”, entre muchos, dejan un significativo mensaje. Igual ocurre con “el mucho vestir desnuda” y “menos es más”. Y es cierto, todo exceso hace perder la armonía y la belleza de lo sencillo.

Revise algunos aspectos de su día a día, para identificar si está cayendo en excesos, es la oportunidad para corregirlos. Por ejemplo:

¿Tiene su escritorio o lugar de trabajo con más adornos de lo adecuado? El escritorio o computador decorado con un osito, la tarjetica que le pintó el niño, la foto de las niñas cuando chicas, o la de los tres nietos o la florecita de papel que le regaló una compañera. Recuerde que es el sitio de trabajo y el lugar donde posiblemente atiende al público. En este caso sobrarían muchos de los elementos mencionados.

Es cierto que está de moda la bisutería. Pero ¿Se pone múltiples adornos, y todos a la vez? Anillos en varios dedos de la mano y uno del pié, varias pulseras en cada brazo, collar, aretes, hebillas, y pulsera tobillera. Evite dar la impresión de ser una expositora de mercancía.

El maquillaje se utiliza para corregir imperfecciones y realzar la belleza pero, cuando se aplica exceso de base, sombras, colorete y pestañina, llega a verse como con una máscara que antes que embellecerla le resta mucha gracia. Incluso el exceso de perfume o loción pueden incomodar.

¿Habla usted utilizando demasiadas palabras? Cuidado, eso fatiga al interlocutor y hace perder interés por lo que usted está diciendo. Especialmente cuando expresa muchos adjetivos, es suficiente con decir que algo es muy bonito, pero decir además que es maravilloso, estupendo, divino, increíble, suena como exageración y hace que sus conceptos pierdan credibilidad.

Igual ocurre al escribir. Cuando una persona escribe cartas o informes demasiado largos hace que quien recibe tales documentos se fatigue al leerlos y se haga una pobre imagen de quien los escribe y lo que es peor, que no las lea y las deje para más tarde, lo que se puede convertir en que incluso no les dé el curso esperado.

Sea afectuoso, cariñoso y gentil. Pero tampoco hasta el punto de incomodar a la otra persona. Algunos son tan cariñosos que les gusta dar besos, abrazos y arrumacos en público y exageran con sus expresiones de cariño, resultan muy fastidiosos, hasta el punto de que habrá quienes eviten acercársele. Es bueno ser generoso al expresar afecto, pero la exageración incomoda y especialmente si es en un sitio público.

De otra parte, al organizar un evento, entre más elegante lo quiera hacer, deberá tener una decoración más sobria. Es mejor menos y de buen gusto, que una gran cantidad de adornos que con frecuencia le ofrecen los operadores de eventos para vender más o amistades con toda buena intención, porque lo han visto en otros sitios, pero que sobran y poco aportan a la buena imagen del evento.

Algo similar sucede cuando invita a comer. Es mejor atender a los invitados con un plato muy bien preparado, con porciones moderadas y bien presentado, antes que un plato trifásico, con porciones exageradas, cuya presentación puede resultar desagradable.

En la ambientación de la casa ocurre igual. Menos es más; tanto adorno, mueble, colecciones de porcelanas, artesanías, platos, santos, matas y maticas, hacen lucir abigarrado el ambiente. No hay necesidad de poner todo a la vez, guarde por temporadas algunas decoraciones, muebles y accesorios y así puede renovar.

Revise con especial atención todo aquello que resulte excesivo en su modo de ser, de hablar, en su vestuario y su entorno inmediato. Es una buena recomendación que puede poner en práctica de inmediato.

Credito
MARTHA CRUZ

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