Nuevas prendas integran la ‘pinta’ de las fiestas

Aunque aún persiste el raboegallo, el poncho y la camisa blanca, son pocas las personas que visten el traje autóctono de la región.

El jean, las zapatillas, las camisas de color con diferentes motivos y estilos y las gafas, que están de moda en esta época de sol, al igual que el sombrero vueltiao, han desplazado el tradicional traje típico del Tolima.

A esta conclusión llegaron algunos de los vendedores de las casetas que por esta temporada ofrecen toda clase de artículos para el buen vestir y goce en las fiestas.


Para Édison Meneses, quien tiene cuatro años de experiencia en la venta de sombreros en Ibagué, en los gustos de los ibaguereños se ve esta realidad ya que la mayoría se inclina por el ‘Vallenato’ o el ‘Uribe’, sombreros hechos a base de fibra o de material sintético, que son furor tanto en jóvenes como en adultos.


Según Meneses a las personas lo que les interesa a la hora de adquirir el producto es que se ajuste a sus cualidades físicas. Además, de que son muy pocos quienes preguntan por el sombrero tradicional hecho a base de pindo.


“Es muy raro quien utilice el traje sanjuanero, en ponchos prefieren los de color blanco con estampados”, afirmó.


Por su parte, Édison Andrés García, quien trabaja en el centro de la capital musical, afirma que en esta temporada no se utiliza el traje típico de la región pues “la gente lo que usa son los accesorios como el poncho, el raboegallo y el sombrero, lo cual creo se debe a la comodidad. Las personas prefieren el sombrero vueltiao y andar con botas, tenis y el jean para las fiestas”, expresó.


La camisa y el pantalón blanco, aunque registran un incremento en las ventas por esta temporada para los adultos, se venden en mayor cantidad para niños.


Julián Mesa Vega, quien vende sombreros y ponchos en el sector de la calle 15 entre carreras Cuarta y Quinta, manifiesta que la mayor parte de los adultos se inclinan por el “sombrero costeño, el poncho mulero con bordados de la bandera de Colombia y el raboegallo, prefiriendo el negro, blanco y el café, aunque también los rosados para las mujeres”.


Mesa refiere que son a los niños y niñas a quienes en realidad se le pone el traje típico pues “los papás vienen es adquirir alpargatas y elementos típicos para vestir a sus hijos”.


Dagoberto Díaz, dancista de la ciudad, afirma que el furor ahora de las fiestas es utilizar el sombrero aguadeño o el vueltiao “por que es más cómodo y presentable”, al igual que “la camisa a cuadros que aunque no corresponda con el color, guarda la tradición de la manga larga”, afirmó.


Díaz indica que aunque estos nuevos principios de estética y de identidad no representan la antigua idiosincrasia ibaguereña, sí debería resignificar el sentido de las ferias y fiestas que se viven en Ibagué, porque la tradición está siendo relegada para ciertos sectores de la región.


Credito
CLAUDIA MELO

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