‘Esta noche es la noche’, una de las pocas frases que Paul Stanley sabe en español que encantó al público asistente, que infortunadamente no llenó el estadio, pero que se hizo sentir para este, el primer concierto de la banda estadounidense en su nueva gira suramericana.
Un telón negro que cubría todo el escenario cayó y empezaron a sonar los instrumentos mientras descendía la batería en medio de luces y juegos pirotécnicos, porque con Kiss el show del exceso de brillo está garantizado.
Un cuarteto, que en escena suele recibir el apoyo de un quinto músico casi oculto, cuenta con un público apasionado, que llevaba sus camisetas, algunos tímidamente con el rostro pintado como lo suelen hacer los integrantes de Kiss, hasta aquellos que se montaron en la indumentaria completa desde las botas de plataforma, pantalones lycra taches, brillantes y las películas, retando al intenso frío capitalino.
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