Relleno sanitario de Armero Guayabal no será un botadero a cielo abierto

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
Entidades ambientales confirman que el proyecto de construcción de un relleno sanitario para el municipio de Armero Guayabal, no tendrá un impacto ambiental negativo.

Tras la controversia generada por la comunidad de Armero Guayabal, por su rechazo al proyecto del relleno sanitario regional, voceros de entidades como la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima, y la Empresa de Servicios Públicos de Armero Guayabal, Espag, manifestaron a EL NUEVO DÍA, que el proyecto que se llevará a cabo, cumple con todos los requisitos ambientales en la normativa existente para la construcción de rellenos sanitarios.
El gerente de la Espag, Luis Arturo Rojas Valderrama, dijo que “el proyecto hoy cuenta con los estudios y diseños correspondientes para su ejecución los cuales fueron aprobados, mediante Resolución No 3281 del primero de diciembre de 2009, por Cortolima, en agosto de 2010.

“Queremos un proyecto que solucione de manera técnica en el tratamiento de los residuos sólidos del Municipio, y para no crear un problema ambiental hemos trabajado durante más de ocho años para estructurar un proyecto que sea viable técnica, ambiental y financieramente, que sea orgullo de una región, ya que queremos avanzar, crecer como una comunidad progresista y no individualista, que no busque solucionar sus problemas, sino atrasar a una comunidad en relación con un desarrollo que cada día exige gobernantes más comprometidos.

“El proyecto contempla la disposición final de nueve municipios: Mariquita, Falan, Palocabildo, Casabianca, Villahermosa, Murillo, Lérida, Líbano y Armero Guayabal, de los cuales creemos que no todos pueden disponer por su ubicación y el estado de las vías, ya que a algunos, como Casabianca, Villahermosa y Murillo, les queda difícil disponer en este relleno; no obstante, se están implementando alternativas para poder brindarles soluciones al problema de sus residuos

“Se debe hacer claridad que este proyecto es modelo del Ministerio de Vivienda Ciudad y Territorio y se busca también el financiamiento con recursos del Banco Mundial, por lo que tiene todo el respaldo de la constitucionalidad, el seguimiento de la Procuraduría Ambiental y Agraria; esperamos que con el apoyo de los Gobiernos central y local y con el seguimiento de todos los organismos de control logremos demostrar que el proyecto es viable desde todo punto de vista y garantizar cualquier impacto ambiental que se presente”, manifestó el funcionario.

Por su parte, Cortolima, representada por el subdirector de Calidad Ambiental, Rodrigo Hernández, confirmó lo dicho por el Gerente de la Espag y añadió: “En todos los departamentos se exige la existencia de los rellenos sanitarios. En el Tolima hay ocho rellenos sanitarios, uno de ellos es el de Santo Domingo, del municipio de Armero Guayabal.

“La comunidad dice que el proyecto no es viable, pero el único impacto negativo que se puede causar es si la comunidad no hace la selección debida de residuos sólidos, orgánicos, o si el tratamiento es el indebido. Para eso nosotros vamos a estar haciendo un seguimiento continuo, para evitar, precisamente, algún daño ambiental”.

Hernández afirmó que es necesario contar con estos rellenos, ya que es la única forma y mecanismo con que cuentan los municipios para disponer de sus desechos. El problema o el impacto más grande que se puede presentar es si no se hace un tratamiento correcto de lixiviados, control de los gases, control de roedores, moscas y gallinazos. Un relleno sanitario que sea bien operado no debe tener presencia alguna de gallinazos, moscas, como tampoco puede verter sus líquidos sin ninguna clase de tratamientos, puntualizó.

La entidad también invita a las personas que están en contra del proyecto a que se acerquen a la entidad y lo conozcan. “Cortolima esta dispuesta a resolver cualquier inquietud; además dispondremos de todos los recursos para que la gente se entere del proyecto”, dijo el Subdirector de Calidad Ambiental.

Credito
Natalia Ramírez - El Nuevo Día

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