Alud amenaza con desaparecer vereda de Ataco

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
De incrementarse las lluvias, la avalancha de tierra y lodo podría acabar con todo a su paso.

La vereda Balso está a punto de ser ‘borrada’ del mapa de Ataco, por causa de un espeso alud de tierra que amenaza con sepultarla.

Cuarenta y ocho familias residentes del centro poblado fueron evacuadas a las partes altas de la zona, para preservar sus vidas.

Reinel Angarita, presidente de la Asociación de Juntas de Acción Comunal, manifestó que al caer la tarde del sábado una fuerte avalancha de tierra y rocas rodó por una montaña, deteniéndose a escasos 20 metros de las viviendas, lo que por fortuna evitó que las 48 familias del sector fueran sepultadas.

“Balso se compone de 69 casas, de las cuales 48 hacen el centro poblado, estas últimas en inminente peligro. Estamos en alerta, porque cada minuto que transcurre más tierra se desprende, luego del evento del sábado, cuando la fuerza de la naturaleza nos sorprendió. Por fortuna, aún era de día y pudimos correr a la parte alta”, recordó, al mencionar que las viviendas en mayor peligro fueron desocupadas por sus propietarios, quienes pasan las horas en moradas de amigos y familiares.

Según su testimonio y el de Pedro Lozada Méndez, un líder del caserío, el temor se ha apoderado de todos, debido a que se hallan incomunicados con el resto del municipio.
    
En el ojo del huracán
Con el pasar de las horas, la crítica situación de Balso se agudiza, en parte por su ubicación. Los habitantes consultados refirieron a EL NUEVO DÍA que la vereda está enclavada en medio de tres amenazas: la montaña que ya empezó el desplome y dos nacimientos de agua: las quebradas La Cenizosa y La Barrialosa, que surten el acueducto.

“Las dos quebradas están crecidas y, por tanto, la vereda está seca, porque el barro hace imposible el suministro del líquido”, dijo el presidente de la Asociación de JAC.

El líder comunal expresó que “hay unas 10 hectáreas averiadas y en inminente riesgo de venirse al suelo por la fuerza de las aguas”.

Hasta el cierre de esta edición, el primer alud había hecho un recorrido de cerca de 300 metros, con una extensión de 80 metros de ancho, abriéndose paso entre los cultivos de plátano y café.

Por su parte, la alcaldesa Carolina Rodríguez de Álvarez exhortó a los gobiernos departamental y nacional a ‘darle la mano’ ante la calamidad. “Llamo a todo el mundo a colaborarnos; sé que en estos momentos estamos entregando el cargo,  haciendo los empalmes y los recursos que tenemos son muy pocos para cubrir las necesidades de esta comunidad, pero es muy urgente atender la emergencia”.

La mandataria esperaba el informe de afectaciones que adelantaban la Defensa Civil y el Cuerpo de Bomberos de Ataco, que apenas ayer lograron desplazarse a la vereda, debido a las afectaciones en las vías.

¡CUIDADO EN LA VÍA!
Para la alcaldesa de Ataco, Carolina Rodríguez de Álvarez, y el burgomaestre entrante, José Antonio Jiménez Narváez, el clima se ensañó con su municipio, que desde la pasada ola invernal tiene damnificados y pérdidas incalculables en cultivos y en vías.

Entre los temores compartidos está el cercano colapso de la vía Ataco - Coyaima, que podría dejar incomunicada a una población de 65 mil personas de estos dos municipios, además de Planadas, como consecuencia de la destrucción de la calzada.

La fuerza de las aguas del río Saldaña está socavando el pavimento en el sector conocido como Angelina, cerca al paso de La Bicha, que de continuar en incremento podría acabar con más de 500 metros de pavimento, y la reparación tardaría hasta nueve meses.
 

Credito
EL NUEVO DÍA

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