Tres derrumbes bloquean zona rural de Ibagué

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
Dos veredas y dos corregimientos de la capital tolimense son los más afectados, impidiendo el transporte de los habitantes y de los productos agrícolas hace cuatro días.

Incomunicados se encuentran los habitantes de las veredas Cataima y Cataimita así como los corregimientos de Toche y Tapias con el casco urbano de Ibagué, debido a tres deslizamientos que se han registrado en el sector.

Por lo menos 800 personas han resultado afectadas por esta situación, dado que el servicio de transporte llega hasta el punto denominado 'Amarillal' donde está el primer derrumbe, de ahí en adelante los desplazamientos se hacen en mula, motocicleta o caminando, lo cual además de hacer más largo el recorrido, está represando el paso de alimentos que se producen en esa zona rural.

José Hernández, residente del corregimiento de Tapias afirmó que para llegar a Puerto Peñaranda tuvo que caminar más de 10 kilómetros.    

“Del corregimiento de Tapias me tocó salir a pie hasta Puerto Peñaranda, cerca a Cajamarca, esto son como unos 14 kilómetros porque se tapó la carretera en un sector que se llama el Amarillal desde el viernes anterior.

“La carga de comida se está quedando allá y es mucha la que sale - tres camiones entre semana y los viernes salen cuatro- y hay productos perecederos como queso y leche”, dijo.

Igual situación refirió Carlos Alberto Rodríguez, quien vive y trabaja en el sector del Amarillal: “Aquí llegan con mula y pasan la carga al otro lado del derrumbe, el carro lo trae a uno hasta ahí, pero en adelante toca echarse los productos al hombro”.

El riesgo

Sumado a lo anterior, una parte del derrumbe alcanzó a afectar una vivienda que se encuentra al frente del sitio.

Los habitantes de las veredas señalaron que el inmueble de propiedad de Vicente Díaz, no es la primera vez que tiene afectaciones por deslizamientos. Según manifestó Hernández, al parecer, para remover el alud de la vía, habría que derribar la casa porque la intervención de la maquinaria la hace inestable.

“Creo que hay un pequeño problema ahí -en el derrumbe- porque dicen que para meter la máquina y destapar la carretera, deben tumbar la casita.

“El señor dice que la tumben, si es el caso, pero que se la paguen; sin embargo, parece que van a enviar una retroexcavadora para ver si no hay necesidad de derribarla”, sostuvo.

Por su parte, Luisa Fernanda Ospina Bonilla, quien es propietaria hace cuatros años de una vivienda que se encuentra a pocos metros de la de Díaz, teme que su inmueble resulte sepultado.

“Vivo con mis dos hijos, uno de tres años y otro de cuatro meses, mi esposo y un primo de mi esposo.

“Ojalá la Administración municipal nos colabore por el riesgo que representa todo esto para nuestra vidas. Además, aquí el transporte es muy difícil. Conseguir un carro es un problema, cuando se nos enferman los niños toca ir a pie o esperar que venga alguno y pedirle el favor que nos lleve”.

Otros deslizamientos
Junto a la remoción en masa del sector del Amarillal, ubicado en la vereda Cataima, los otros sitios que viven la misma problemática son el sector El Salón de dicha vereda -que dista a 800 metros del primer derrumbe y tiene una extensión de unos 100 metros sobre la vía- y un tramo de la vereda Cataimita situado a media hora del primero.

“Los carros están dando la vuelta por Cajamarca, es decir, hacen la ruta Cajamarca, Toche, Tapias. Hoy (ayer) estaba un carro de Tapias también haciendo ese recorrido para ayudar a la gente que necesita viajar con urgencia”, explicó Hernández.

Hacia el mediodía, Rosalba Buitrago, propietaria de una finca en El Salón esperaba un vehículo que la transportara hasta el centro de la ciudad para cumplir su cita médica en la Clínica Tolima.

“Nos ha tocado trasbordar acá. No sé qué pasará que no destapan. Hasta hoy volví a salir porque tengo una cita médica por la tarde. Me vine a pie desde El Salón y estoy esperando el carro ya sea de los mixtos o los camperos, no sé si se devuelven o no”.

Luis Eduardo Espinosa, administrador de la Hacienda Cataima, manifestó su preocupación por el cierre de la vía no solo por el transporte de alimentos y de sus empleados, sino por la eventual evacuación en caso de una emergencia con el volcán Machín.

“Aquí hay empleados que los trasborda el carro, pero hay unos que les ha tocado en moto o a pie para salir de la vereda”.
Agregó que “hay gente que no ha podido salir con la venta ni nada, tengo entendido que esto tiene que mantener en buen estado por el riesgo del Machín y ya van cuatro días sin vía; qué tal Dios no lo quiera un desastre grande, ¿por dónde se va a evacuar a la gente?”.

Hacia el mediodía de ayer al lugar llegó un funcionario del Grupo de Prevención y Atención de Desastres, Gpad, para verificar las condiciones del derrumbe. Según conoció EL NUEVO DÍA, una maquinaria de la Administración municipal había llegado al lugar y se encontraba haciendo labores de remoción en el segundo derrumbe para dar paso a los residentes y, en las próximas horas, llegarían a los otros puntos que tienen incomunicados a varias veredas y corregimientos con la capital tolimense.

El Tolima
En gran parte del Departamento la situación “es crítica porque las lluvias continúan”, así lo indicó el director del Comité Regional de Emergencias, César Gutiérrez.

Durante el fin de semana: “En Fresno se presentó un deslizamiento en el Alto de la Cruz; hubo otro en el municipio de Ortega en la vereda Banderas.

“En Palocabildo hubo deslizamiento en la vereda el Sogualí; en Purificación en la vereda Puente del Baurá, también hay una afectación de cinco familias; en Rioblanco en la vereda Buenos Aires hay aproximadamente afectadas 25 fincas, en  Ataco en la vereda el Balso se evacuaron 18 familias, en Suárez en la vereda Bellas Las Margaritas, también hubo deslizamientos”, informó el Director.

Gutiérrez insistió en no ocupar las viviendas si éstas presentan grietas o están cerca a lugares vulnerables a deslizamientos.

“Los suelos están susceptibles y en cualquier precipitación o llovizna se puede desencadenar un derrumbe”.
El invierno además ha hecho que el nivel de las aguas del río Magdalena en Honda aumentaran considerablemente.
“El río está estable pero en un nivel alto. De todas maneras seguimos vigilantes de lo que está ocurriendo
“La primera entrada, en la represa de Prado, por ejemplo, está haciendo un vertimiento total con generación de aproximadamente 340 metros cúbicos y en Betania está haciendo vertimientos de aproximadamente mil metros cúbicos por segundo”.

“No sabemos qué aportes está haciendo el río Saldaña, el Sumapaz, el Gualí, el Lagunilla. Lo que siempre se ha dicho es que hay necesidad de evacuar esa zona ribereña. Recomendamos que las comunidades sigan vigilantes de su entorno porque todavía estamos en periodo de lluvias, la vulnerabilidad es individual, y  cada uno tiene que mirar como minimiza ese riesgo”.

Gutiérrez agregó que recomienda a los campesinos retirarse de las fuentes hídricas ante posibles crecientes súbitas, “lo que menos queremos es que hayan pérdidas humanas, las personas que realizan pastoreos de ganado en las orillas de los ríos y quebradas que no lo hagan por estos días, en cualquier momento se puede presentar una crecida y se los puede llevar”.
    
 

Credito
DORIS ROJAS

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