¡Lo último! Emergencia ambiental en Payandé obliga a detener operaciones de Cemex

Crédito: ARCHIVO / EL NUEVO DÍAA raíz de los reclamos de los habitantes de Payandé, la cementera empezó a alistarse para detener operaciones de manera temporal.

Tras las exigencias de la comunidad, que desde hace dos más de semanas está bajo la exposición de la caída de un polvillo oscuro, la multinacional emprenderá el respectivo proceso para hacer un pare total de producción de forma transitoria, con el fin de solucionar las fallas técnicas que generan la problemática.
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La preocupación que se generó hace unas semanas en el corregimiento Payandé por la caída excesiva de partículas de polvillo negro, terminó en emergencia ambiental. El hecho, desde la multinacional, fue atribuido a la falla de un filtro que se detectó entre el 21 y 31 de diciembre. Dicho daño no fue informado oportunamente a la comunidad, por lo que los habitantes no implementaron medidas de contingencia.

En las calles, los techos, carros, al interior de las viviendas e incluso en la iglesia, se empezó a evidenciar capas de polvillo que con el paso de los días se volvieron más gruesas, la situación se volvió recurrente en diferentes sectores, por lo que los casos se empezaron a publicar a través de redes sociales.

En uno de los videos compartidos se muestra el polvo que cayó en un corral de un bebé de cinco meses, “si el niño estuviera acostado, todo ese cisco le hubiera caído encima”, seguidamente el ciudadano explica que este tipo de partículas ha caído en el corregimiento desde hace varios días, por lo que el interrogante que planteó es quién o quiénes responden ante este tipo de situaciones.

“Esto no es un montaje, es verdad, es el polvo que nos estamos comiendo todos los habitantes de Payandé. Mientras que a algunos les parece un chiste, para otros es lo que a diario tenemos que estar aguantando”, precisó.

Las evidencias se fueron sumando a través de fotografías que reflejaron la acumulación del polvillo oscuro en cantidades llamativas por los pisos de las viviendas; además, en un video publicado el lunes en la noche se aprecia a la distancia la cantidad de polución que sale de la planta Caracolito por la operación.

 

De alerta a emergencia 

Algunos habitantes indicaron que era una situación que se empezó a evidenciar desde el 13 de diciembre, es decir, hace más de 15 días, motivo por el cual se pasó de hablar de una alarma a hacer referencia a emergencia ambiental.

Ante el hecho, la comunidad le solicitó una reunión al alcalde Guillermo Ignacio Alvira para que empezara a tomar cartas en el asunto. El encuentro se adelantó el miércoles, allí el burgomaestre gestionó para el jueves un encuentro con delegados de la empresa, la exigencia principal de la ciudadanía fue que debían asistir personas con poder de decisión.

De la misma forma, se expuso que este caso no podía quedarse como una problemática más que pasa desapercibida ante las autoridades ambientales, motivo por el cual se mencionó ponerlo en conocimiento formalmente ante Cortolima y la Procuraduría Ambiental.

Otro de los compromisos adquiridos por el Alcalde es costear un estudio con una empresa reconocida y particular para que analice las partículas que han caído durante más de dos semanas y se determine cuáles son los efectos en la salud de niños, adultos mayores y habitantes en general.

Igualmente, se planteó la posibilidad de que la Administración local revisará la alternativa de adquirir un equipo de monitoreo, para vigilar más de cerca las condiciones atmosféricas del corregimiento en medio de la operación de la planta Caracolito. 

Exigieron soluciones inmediatas

A la reunión que surgió por solicitud de la ‘Veeduría Payandé está vivo’ asistieron habitantes de Payandé, el Alcalde y el Personero de San Luis, igualmente, de parte de la multinacional Cemex hicieron presencia Beatriz Uribe, vicepresidenta de Asuntos Corporativas de Cemex y Jorge Lizama, vicepresidente Nacional de Operaciones y Técnica planta Caracolito.

Desde la Veeduría se recordó que Payandé está en emergencia ambiental, por lo que exigió soluciones inmediatas ya que de por medio está la salud de más de 3 mil personas.

El encargado de explicar lo sucedido fue el ingeniero Lizama, quien explicó que existe una parte del proceso en la que las rocas se exponen a altas temperaturas para transformarla, luego llega a un horno donde se alcanza los 3 mil grados centígrados, por lo que el material termina prácticamente derretido, el siguiente paso es trasladarlo a un horno enfriador que trabaja a temperaturas que oscilan los 300 °C.

“En todo esto que es un circuito cerrado se genera polvo, el cual es absorbido por otro enfriador y un colector de polvo, ¿qué fue el evento que pasó? Hay un sensor de temperatura, que en caso de que suba a mayor de 200 °C debe frenar todo (el proceso)”.

En este caso, la temperatura de entrada alcanzó cerca de 190 °C lo que fracturó las bolsas que tiene en el interior el filtro de manga, “empezó a tener fisuras por diferentes lados y empieza la emisión”.

La medida adoptada por la empresa fue reducir la operación del horno para empezar a cambiar las bolsas. Según Lizama, hasta este jueves se había cambiado el 80 %, el 20 % restante estaría aislado “no está operando, por eso tuvimos que bajar la producción del horno al mínimo. No se puede subir la producción hasta que tengamos la totalidad de las bolsas”.

El ingeniero le indicó a la comunidad que hoy llegará una parte de las bolsas que falta y el restante la otra semana para terminar la reparación.

Tras hacer una revisión interna, el hecho fue calificado como infortunado, por lo que Cemex  estableció varios correctivos, entre ellos la instalación de dos sensores, igualmente, se procederá hacer un cambio en el equipo.

“Los últimos en saber fuimos nosotros”

Tras la explicación, una habitante indicó que se está repitiendo lo ocurrido en la década de los 90’s cuando a raíz de una emergencia similar se exigió la instalación de filtros de control en la planta. Seguidamente, otro de los asistentes preguntó desde cuándo se tenía conocimiento de las fallas en el equipo, la respuesta de Lizama es que ocurrió entre la semana del 24 y 31 de diciembre.

“No era algo visible, no veíamos en qué parte del colector había sido la falla, lo que fue visible son las bolsas que estaban rotas al principio en el proceso, fueron las que se cambiaron inmediatamente”, precisó el Vicepresidente. 

Tras las respuestas, veedores expresaron desacuerdo con las fechas entregadas por la multinacional, pues la caída del polvillo se vio días antes al 24 de diciembre.

Otro de los interrogantes fue por qué no se pararon las operaciones del horno, la explicación técnica es que no se podía frenar de forma abrupta, ya que genera un riesgo para el equipo. Igualmente, se reclamó porque no se informó de inmediato a la comunidad, a lo que Lizama respondió que fue “un error nuestro, realmente se debió avisar, porque ese es el deber ser”.

Argumentó que ante la falla se procedió a solucionar de inmediato, no obstante, reconoció que fue un error de la empresa no haberlo advertido oportunamente. 

Este argumento generó molestia entre los habitantes, “la cuestión es que se presentó y los últimos en saber fuimos nosotros, los más perjudicados”, expresó un ciudadano. 

 

Cemex decidió hacer un ‘pare mayor’

Ante los hechos conocidos, los asistentes exigieron hacer un pare total de las operaciones, teniendo en cuenta que aunque se ha hecho el cambio de bolsas, la caída de polvillo se sigue viendo por las calles y viviendas de Payandé.

Sobre el tema dio respuesta la vicepresidenta Beatriz Uribe, quien indicó que la multinacional está comprometida con el bienestar de los ciudadanos y la responsabilidad ambiental, recordó que las autoridades del orden nacional y regional les hacen una vigilancia permanente.

En una de sus intervenciones indicó que se acudirá a la contingencia de forma inmediata y hacer un ‘pare mayor’, en este último punto Lizama agregó que el alistamiento tarda entre 30 y 32 horas, pasado este tiempo se detiene el total de la operación. Se espera que esto ocurra el lunes.

 

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Credito
REDACCIÓN TOLIMA

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