Exclusivo: Juan Diego Alvira habló de su infancia rural y otros secretos de su vida

Crédito: SUMINISTRADA/EL NUEVO DÍAJuan Diego Alvira tiene 46 años y se ha construido una larga y exitosa carrera en los medios nacionales
El tolimense y reconocido periodista, Juan Diego Alvira, llegó a la Revista Semana hace cinco meses, tras pasar 12 años en Noticias Caracol, el día de hoy ha renunciando a la revista de manera repentina.
PUBLICIDAD

Así lo anunció a través de Twitter, donde agradeció el apoyo recibido por la casa editorial y su jefe inmediata, Vicky Dávila, la cual también le deseó suerte en esta nueva etapa de su vida profesional.

Al parecer el presentador irá de nuevo a la televisión, espacio donde se ha formado como profesional y se ha convertido en la cara visible del periodismo nacional.

Juan Diego, ofreció una entrevista a EL NUEVO DÍA, donde contó sobre su vida en el departamento, la añoranza del sur del Tolima y su casa en el centro de la capital tolimense, lugar lleno de muchos recuerdos, así narró parte de su vida: 

Una infancia típica rural

.

Foto: Instagram: @Juandiego.alvira. 

 

Aunque nació en Ibagué, poco tiempo después, Juan Diego se mudó a Bogotá con su familia por cuestiones laborales de sus padres. Sin embargo, regresó al Tolima a la edad de cinco años, y vivió en Ortega con su abuela materna.

Del sur del Tolima tiene los recuerdos más bellos de su infancia. En especial la enorme casa en la que se crió con su abuela, y las costumbres del campo que guarda con gran cariño. “Tengo especiales recuerdos de la casa de la abuela. Era cerca al parque al pueblo, una casa gigante, con un solar y patio enormes, al igual que las habitaciones. Teníamos gallineros, perros, y la estufa de leña donde se hacían tamales”, recordó.

Entre otras delicias típicas tolimenses, tiene memorias de las ‘Arepa de trapo’, esa que se comía con fritanga, carne oreada, y el bofe que se ponía a asolear con anticipación para que tomara un sabor especial.

 

El inolvidable río Cucuana 

.

Foto: Archivo El Nuevo Día. 

 

La voz se le llena de alegría cuando rememora aquellos paseos al río Cucuana. Ir a ‘matar chivo’, una tradición familiar que hace parte de la cultura tolimense, y deleitarse con cada una de las partes, lo hacen retroceder en el tiempo y alimentar sus memorias más preciadas de infancia.

Viviendo en Ortega también fue acólito en la Iglesia, y entre risas recuerda aquellos tiempos cuando tocaba la campana del llamado a la eucaristía.

El barrio La Pola marcó su adolescencia

.

Foto: Jorge Cuéllar / El Nuevo Día. 

 

“Regreso a Ibagué, porque mis padres siempre fueron muy conscientes de que nosotros tuviéramos la mejor educación. Hicieron un esfuerzo y me mandaron a estudiar al colegio Cisneros en Ibagué, donde inicié desde octavo. (…) Mi mamá nos mandó a vivir a una residencia, con mi hermano, en el barrio La Pola”, destacó.

Del colegio Francisco Jiménez Cisneros, no puede olvidar la oración a San Francisco de Asís, se la sabe de memoria y dice ser una de las pocas se conoce de ‘pe’ a ‘pa’.

Se consideraba un estudiante promedio. Y aunque sabía que podía ser el mejor, reconoce que en varias oportunidades fue conformista. “Iba sobrado y me relajaba, perdía materias al comienzo, pero sabía que después las recuperaba. En un periodo perdí cuatro materias y mi mamá casi me mata (…)", relató.

De sus épocas de adolescente recuerda las jugadas de fútbol en el barrio La Pola, el escondite, el ‘quemado’, y las ‘minitecas’ del colegio, donde había que poner bolsas oscuras de la basura para tapar las ventanas y simular la noche a plena luz del día.  

Voló del nido

...

Foto: Tomada de Instagram: @Juandiego.alvira. 

Apenas terminó su bachillerato, Juan Diego regresó a la capital para iniciar su carrera profesional como periodista. En Bogotá vivió con una tía, mientras su madre seguía viviendo en ‘La Musical’, y él viajaba cada 15 días a visitarla. Aunque volver a la capital tolimense también era el pretexto perfecto para encontrarse con las novias que tuvo en aquella época, pues reconoce que fue “bien noviero”.

No obstante, los viajes constantes en Velotax y Bolivariano en la ruta Bogotá - Ibagué y viceversa, se hicieron menos frecuentes cuando a su progenitora la trasladaron de nuevo a la capital. “En ese momento empiezo a dejar de viajar tan seguido porque yo visitaba mucho Ibagué por verla a ella. Aunque mi papá sigue viviendo en Ibagué, ya yo halaba más para el lado de mi mamá”, reconoció.

“Soy tolimense de cepa”

.

Foto: Tomada de Instagram: @Juandiego.alvira. 

Pese a que lleva ya 28 años radicado en Bogotá, Alvira se siente más tolimense que cualquiera. Conoce casi todos los municipios del departamento, gracias a la labor de su padre, quien se lo ‘cargaba’ cuando hacía visitas a los pueblos, en su trabajo desde el área de las fumigaciones y los productos químicos.

Chaparral, Rioblanco, Rovira, Ataco, Santiago Pérez, Guamo, Purificación, Natagaima, Lérida, Alvarado, Venadillo, Espinal, Cajamarca, Honda, y Fresno, hacen parte de la larga lista de pueblos que conoció junto a su padre. Además, también vivió un tiempo en San Luis y en Armero, pues allá estaba radicada su abuela paterna.

“Me doy el gusto de decir que conozco casi todo el sur del Tolima, y que solo me falta ir a algunos pocos sitios como Santa Isabel, Palocabildo y Anzoátegui”, dijo.

 

Digno tolimense, amante de la lechona

..


Foto: Archivo El Nuevo Día. 

De las delicias de la tierra se derrite por la lechona, aunque tampoco deja de lado el tamal, y ojalá con ‘copete’. Aunque ha tenido que acostumbrarse a la lechona con arroz que venden en la capital, asegura que siempre que pasa por el Espinal, no perdona su buena porción del emblemático plato. “De Ibagué también recuerdo una muy rica que vendían por la décima, al lado de la Plaza de Bolívar, allá íbamos a comer los sábados en la tarde tamalito con lechona. Al frente de Arkacentro, en el Jordán, también comíamos una muy sabrosa”, dijo.

 

Orgulloso de ser ‘pijao’

 

..
Foto: Instagram: @Juandiego.alvira

“Siento mucha conexión con el Indio Pijao. Para mí el Tolima es el comienzo y el origen de todo. Como el nacimiento a la vida, la conexión con el mundo, mis raíces, mis antepasados, la historia, e inevitablemente todo lo que pasa hoy por mis ojos tiene un filtro que se llama Tolima. Todo lo comparo con mis ancestros. Me encanta leer de Darío Echandía, y de Manuel Murillo Toro, que es del municipio de mi papá, (Chaparral) y que fue presidente de la República”. 

“Me considero el más orgulloso de todos los tolimenses, me gusta mi departamento y mi gente, porque el Tolima no es el típico departamento que la ha tenido fácil, es un departamento que se la ha luchado por ser lo que es, donde la gente es de empuje, de perrenque, entregada y consagrada por lo que es, lo que siente y por lo que quiere”, señaló.

 

-Foto: Facebook Juan Diego Alvira. 

Para este ferviente pijao, el Tolima es un departamento con una enorme riqueza cultural, de mitos, leyendas, música, y de muchos artistas y talentos que le han hecho un gran aporte al folclor y a la tradición. “Creo que eso es el Tolima. Una región rica de gente buena y yo me identifico con ese carácter del tolimense, esa gente de provincia con deseos de tragarse el mundo y que son unos ‘guerreros’ como los ‘Pijaos’", concluyó. 

MÁS NOTICIAS:

A Blondie la envenenaron por defecar en el jardín: denuncian que fue una vecina que amenazó con matarla

Así atraparon a este sanguinario criminal, viuda lo enamoró y lo entregó

De no creer: todavía hay almuerzos deliciosos a $5.000 pesos, y le contamos donde los venden

 

Credito
REDACCIÓN WEB

Comentarios