Los estragos ocasionados por la ola invernal en Roncesvalles, al sur de la región, han escalado a tal punto que, conforme con el mandatario Ómar Espinosa, sería inminente la declaración de calamidad pública.

Según reseñó, las afectaciones a vías secundarias y terciarias, viviendas y cultivos, ya hacen ‘mella’, y pese al apoyo del Gobierno seccional, se configura un escenario donde urge la gestión de recursos a nivel nacional, por lo que, en su concepto, ya se adelanta el proceso para concretar tal declaratoria.

“El asunto en ‘Ronces’ es muy complejo, tenemos las vías tanto las terciarias como las secundarias con fuertes afectaciones debido a la ola invernal, llevamos una semana entre cierres y aperturas  intermitentes, la maquinaria trabaja en el día pero en la noche los aguaceros ‘borran’ la carretera”, señaló el burgomaestre.

Así pues, reportó que existen puntos críticos en las veredas Bruselas y El Diamante, al igual que en el carreteable Playarrica - Roncesvalles, particularmente en el sector conocido como El Bosque, donde son frecuentes los traumatismos tras las lluvias.

En ese sentido refirió que si bien existe la vía El Cedro - Playarrica - Rovira - Ibagué, como corredor alterno en caso de no haber paso por El Bosque, como era el caso de ayer, este carreteable representa un recorrido de entre siete u ocho horas, es decir, un incremento de dos o tres horas con respecto al traslado por la zona de El Bosque.

TOMADA DE FACEBOOK ESPINOSA OMAR / EL NUEVO DÍA Una de las postales que deja el trabajo comunitario.

Iniciativas

De acuerdo con Espinosa, en uno de los recientes comités municipales de gestión del riesgo, se planteó la posibilidad de autorizar la compra de mercados o materiales con el ánimo de brindar una mano a las familias que han resultado perjudicadas por las precipitaciones.

En esa misma línea, el alcalde hizo referencia a subsidios de arrendamiento, que se otorgarían durante tres meses y que, a su juicio, se podrían ampliar a otros tres, para aquellas familias con viviendas afectadas debido a la ola invernal y cuyo estado, en algunas ocasiones, podría derivar en su desalojo.

Así las cosas, requirió a los damnificados allegar los documentos necesarios a la Secretaría de Planeación. “Quisiéramos tener capacidad económica para crear programas de vivienda, pero un municipio de sexta categoría con recursos limitados, escasamente podemos cubrir (algunos) meses de arrendamiento”, precisó el burgomaestre.

Cabe decir que, según cuentas del mandatario, por lo menos 22 viviendas se han visto afectadas, al igual que más de 60 personas, a causa de las precipitaciones.   

“Ni siquiera con la pandemia estuve tan preocupado como lo que estoy hoy día, se están atrasando obras, a nueve meses de culminar el gobierno faltan barrios por pavimentar, 70 unidades sanitarias por construir, además de la proyección de placas huellas”, apostilló Espinosa.

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