Según María Esther Celis, es común que se siente después del mediodía afuera de su caseta y a su lado un perrito que tiene, pero la tarde del jueves fue particular, al sentir que algo tocó sus piernas y cuando volteó a ver creyendo que era su perro, se dio cuenta que se trataba de una serpiente de gran tamaño que estaba enrollada en una pata de la silla y que colocó su cabeza en las extremidades de la señora.
La reacción de María Esther fue salir corriendo pero se desmayó por el impacto que le generó, cuando volvió en si, se dio cuenta que unos jóvenes le estaban prestando los primeros auxilios y aunque trató de alertarlos de la presencia de la serpiente, no fue posible en el momento porque no podía hablar.
Cuando las demás personas se dieron cuenta de la situación acudieron al lugar, entre esos Vladimir, quien es el encargado de las piscinas y fue quien hizo desocupar la caseta para acorralar la serpiente la cual también se mostró alerta al sentirse encerrada.
Vladimir logró sacarla, luego llegó la Policía ambiental y Cortolima, donde se constató que se trataba de una Boa Constrictor macho adulto de 2.02 metros, con un peso aproximado de nueve mil 800 gramos, la cual no es venenosa, pero sí representa un riesgo para la comunidad.
El reptil fue remitido al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre de Cortolima para evaluarlo, ya que luego será liberado en condiciones similares a su hábitat natural, labor a realizar en predios de la Corporación.
Por su parte, María Esther hizo el llamado a que se podara el pasto, ya que el Parque Deportivo se encuentra en gran estado de abandono y aún más desde que se cerraron las piscinas.
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