En la comuna 9 existe un lugar “chévere” para vivir

En la ciudadela Comfenalco se trabaja constantemente para tener en buenas condiciones las diferentes zonas del sector, motivo por el cual los habitantes del sector se sienten orgullosos de su barrio.

El recuerdo más marcado que tienen los jóvenes hoy de su barrio en la niñez es el colorido que tenían las puertas y marcos de las ventanas de las dos etapas con las que se inició la ciudadela Comfenalco a mediados de los 90.

En aquel entonces este barrio se veía como uno de los más lejanos del centro de la ciudad y hasta allí llegaba solo la ruta 18, motivo por el cual sus habitantes aprendieron a vivir en comunidad y a cuidarse mutuamente.

Hoy casi 20 años después, la Ciudadela cuenta con mayor población, una cancha de fútbol que es punto de encuentro para los niños y el fútbol, grupos de jóvenes para divagar sobre el futuro y adultos mayores que recuerdan el ayer.

“A nivel de comunidad en un 80 por ciento son personas trabajadoras, con buen enfoque social y trabajan diariamente para salir adelante, tanto a nivel económico como a nivel académico, con sus respectivas familias”, cuenta Julián Valencia, droguista.

Por otra parte, los habitantes opinan que este sector, rodeado de zonas verdes y caracterizado por tener unas vías peatonales angostas propias de los barrios creados hace dos décadas, es un lugar ‘chévere’ para vivir y que allí con los años se ha mantenido la costumbre de trabajar en unión.

“Vivo hace 12 años aquí, y Comfenalco es un sitio amañador en el que se cuenta con buenos vecinos y hasta ahora todo va bien”, comenta Carlos Andrés Arias.

Parte de este bienestar se ve reflejado en el reparcheo vial que se hizo hace dos años, y que aún se mantiene en buen estado, en el adecuado funcionamiento del alumbrado público y en los recursos económicos que se han conseguido para mejorar la planta de tratamiento de aguas residuales, el cual necesita un mantenimiento constante para que no afecte la habitabilidad de la zona.

Este barrio no es ajeno a los altos índices de inseguridad que se presentan en la Capital Musical, motivo por el cual ya se empieza a trabajar en una estrategia de alerta, que consiste en que entre todos los residentes aporten una cuota y así crean un fondo económico para comprar alarmas y distribuirlas en puntos estratégicos del barrio.

“La semana entrante vamos a empezar manzana por manzana a ver cómo nosotros mismos ponemos la seguridad, ya que la Policía no puede estar al ciento por ciento”, explica Alirio Avila, líder comunal.

Así como esta táctica de prevención ya se empieza a armar, funciona la dinámica del barrio, es decir: a medida que se presentan los inconvenientes se piensa en las soluciones. Por ejemplo, la comunidad del barrio tenía dificultad para llegar hasta la vía Panamericana, “ya que había un gran trayecto para llegar hasta allá, por eso conseguimos recursos y creamos un sendero que conecta directamente la Ciudadela con la vía”, cuenta Ávila.

Por otra parte, ha y opiniones en las que se dice que “el barrio no presenta tantas necesidades de orden prioritario, la comunidad está conforme y cada uno se da su forma de vivir. Lo que se necesita ahora es el mantenimiento del centro recreativo”, narra Orlando Henao Romero.

Esta necesidad próximamente tendrá una respuesta, pues ya se trabaja en la solicitud de mantenimiento para la cancha de fútbol.

Los residentes de este barrio no se quedan quietos y muestra de ello es que al ver que se estaban presentando casos de robos a los residentes se pidió apoyo a la Policía y como respuesta lograron que una patrulla de la SEA (saludar, escuchara y actuar), ronde diariamente por las calles de la ciudadela Comfenalco, lo que ofrece tranquilidad a los residentes.

Temas en los que se debe trabajar

No obstante, hay dos factores que influyen negativamente en este momento y son los cortes de agua diarios. “No sé qué pasa con el agua últimamente, se va a diario por la mañana a eso de las 7 o 7 y 30 y regresa como a las 11 para hacer el almuerzo y en la tarde vuelve y se va, casi todos los días es así”, cuenta Arias.

También está la falta de señal móvil, pues como ya es conocido la cercanía a la cárcel Picaleña afecta la estabilidad de las llamadas, por ello varios concuerdan en decir que también están pagando una pena ajena, porque ni salen ni entran llamadas.

Debido a estas dos problemáticas, ya se están buscando las alternativas con tal de ser escuchados y obtener una respuesta sobre cada uno de los temas.

Credito
XIMENA ANDREA VILLALBA CAPERA

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