No habrá agua pa’ tanta gente

ARCHIVO - EL NUEVO DÍA
El plan de Ajuste y Revisión del Plan de Ordenamiento Territorial se ha centrado en la legalidad del trámite surtido ante el Concejo y el curso ante el Tribunal Administrativo, sin cuestionar aspectos de fondo como el perímetro hidrosanitario de la ciudad y sus zonas de expansión que requieren una inversión de 330 mil millones de pesos.

El decreto 10823 que definió la ampliación del perímetro urbano de la ciudad e incorpora mil 500 hectáreas de suelo de expansión en las comuna Siete y Nueve, genera cuestionamientos con base en qué argumentos técnicos e infraestructura se garantizará el líquido, captado hoy del Combeima y la quebrada El Guamal para la proyección del millón de habitantes que la Secretaría de Planeación municipal, prevé habitará en los próximos 10 años en esta capital.

El exsenador Mauricio Jaramillo Martínez, había mencionado antes de la aprobación del proyecto por decreto, la inconveniencia de incorporar un número tan grande de suelo de expansión y  rural al perímetro urbano, que no solo beneficiaría a intereses particulares por el costo de la tierra, sin calcular los costos en que deberá incurrir el Municipio para llevar disponibilidad real en servicios públicos. 

Según las cuentas de Jaramillo Martínez, en los próximos 14 años la población en Ibagué alcanzaría un promedio total de 800 mil habitantes para lo cual existirá un déficit de vivienda a cubrir de casi 30 mil que se podrían desarrollar en 300 hectáreas aproximadamente. 

Explayar la ciudad, no solo significaría un crecimiento desordenado si no la inversión de millonarios recursos por parte de las administraciones locales para garantizar el sistema de acueducto y alcantarillado.

Según costos estimativos, a la fecha se requiere una inversión de casi 330 mil millones de pesos, sin precisar, los recursos necesarios para mobiliario urbano consistente en colegios, atención en salud, parques, andenes, señalización, áreas de esparcimiento, etc.

El exsecretario de Planeación, Carlos Arturo Ciro Basto, afirmó que conforme a la inclusión de nuevas áreas desarrollo al perímetro urbano, como la Ley 1537 de 2012 lo reglamenta, la empresa de Acueducto y Alcantarillado (Ibal) no podrá negarse y está en la obligación de otorgar y garantizar la disponibilidad de agua y alcantarillado a las nuevas zonas de expansión. 

¿Cómo se espera ampliar la cobertura hidrosanitaria?, el Ibal no cuenta con recursos para apalancar obras de envergadura en infraestructura y el Acueducto Complementario con fuente alterna es un proyecto de más de 20 años que se encuentra suspendido a la espera de ejecutar la primera fase de la línea de conducción en el sector de Coello Cocora. 

Las alternativas 

Como es de conocimiento, el proyecto Acueducto Complementario que busca suministrar mil nueve litros por segundo del Cocora a Ibagué, aforo establecido en 1997 cuando se expidió por parte de la Corporación Autónoma Regional del Tolima (Cortolima) la licencia ambiental, no se culminará, al menos en el próximo cuatrienio, sin contemplar el escenario de un pleito jurídico entre el contratista (Consorcio Acualterno) y el Municipio que retrasaría aún más el proyecto de más de dos décadas de planeación y desaciertos.

Al descartar en corto y mediano plazo la culminación de la línea de conducción de 12.7 kilómetros del Acueducto Complementario, el gerente del Ibal, Carlos José Corral, advierte la necesidad de reforzar el almacenamiento de agua potable con tanques de mayor capacidad.

Se requiere la reconstrucción del tanque de la Alsacia para mejorar las condiciones de prestación del servicio hacia El Salado, sector de la Fiscalía que alimentará los tanques de Mirolindo y Picaleña y la construcción del tanque la Florida que deberá bombear líquido a este último.

“Nosotros garantizamos que las zonas de expansión y que están incluidas dentro del Plan de Ordenamiento Territorial o le damos viabilidad o la correspondiente disponibilidad de agua. Para mejorar el sistema de acueducto le estamos apostando a la construcción del tanque de la Fiscalía que está en manos de la Secretaría de Desarrollo Rural, una inversión de 10 mil millones de pesos que tomaría agua suficiente para distribuir entre Mirolindo y Picaleña. 

“Ese tanque a su vez, debe ser reforzado por el tanque Sur o del barrio La Florida que hoy no tiene financiación. Estamos haciendo un trabajo con la Viceministra de Vivienda para que nos giren los recursos. 

El segundo tanque es el de La Alsacia, compromiso asumido por la Gobernación del Tolima por intermedio de la Edat con una inversión de cinco mil 800 millones de pesos, que captará dos mil 500 metros cúbicos de líquido y que no garantiza la prestación continua del servicio, pero sí la estabilidad para que en la comuna Siete tengan menos ausencia de agua de la que tienen hoy. 

“Esos tres tanques, más el mejoramiento de captación de la quebrada Cay que subiría a 370 litros por segundo y, a futuro la capacidad de construir el reservorio Corazón, para tener agua por más de 10 mil metros cúbicos, sería el plan de acueducto a cercano y a mediano plazo. 

“A futuro, en el mediano - largo plazo, ahí si se requieren los 800 litros por segundo del Coello - Cócora”, aseveró Corral. 

Sin embargo, los estudios y diseños del reservorio Corazón no han sido recibidos a satisfacción al contratista, por lo que se prevé que durante esta Administración no se comprometan los recursos del proyecto.

De igual forma, mencionar que la información de la Administración municipal ha dado cuenta que el Ministerio de Vivienda no giraría más recursos a proyectos sin haber culminado la etapa Uno de la línea de conducción del Acueducto Complementario ¿Cómo se financiarán estas obras?

Corral insiste en que los recursos deberán provenir del Gobierno nacional. Las obras descritas y necesarias para garantizar en un término de entre cuatro y ocho años el abastecimiento del líquido en las nuevas zonas de expansión, hacen parte del antiguo y modificado esquema del Acueducto Complementario.

Proyectos como la construcción de los tanques de Alsacia y Fiscalía y el reservorio de la quebrada Corazón, con una  inversión es cercana a 28 mil millones de pesos.

El Conpes que se dejó perder

 A principios de este año, el Gobierno nacional desestimó la propuesta de firmar el Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes) por 400 mil millones de pesos y que recogería el Conpes del Cañón del Combeima, las consultorías del acueducto alterno y las de los acueductos comunitarios, así como competencias del Ibal y también de Cortolima, para instituir un proceso de la solución del agua y el normal funcionamiento del acueducto en Ibagué.

Con la inversión de 400 mil millones de pesos se pretendía intervenir 33 acueductos comunitarios y 119 en la zona rural.

Con el objetivo de trabajar en su implementación, representantes del DNP, la Alcaldía de Ibagué y el Ibal, se reunieron en varias ocasiones durante 2014.

Sin embargo, como resultado de ese trabajo, el Gobierno nacional el pasado 26 de enero concluyó que “no es necesario realizar un nuevo documento Conpes, ya que el proyecto del Acueducto de Ibagué fue declarado de importancia estratégica en el Conpes 3780 de 2013”.

Aunque el excongresista Juan Mario Laserna, quien impulsó esta iniciativa, no señaló culpable por la pérdida de estos recursos indicó  “que por descuido y falta de interés no se llevó a cabo ese proyecto que tenía gran chance de salir adelante”. La Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) rechazó que el Conpes haya sido desestimado, pues es de vital importancia  para el desarrollo empresarial, urbanístico y social de Ibagué. 

Un servicio que no es constante

Según datos suministrados por el gerente del Ibal, Carlos José Corral, a hoy la empresa presta el servicio al 85 por ciento de la ciudad y por cota (nivel) y dificultades técnicas, no puede llegar al 15 por ciento restante que se alimenta de los acueductos comunitarios.

A lo anterior, se suma que el servicio no es continuo y mientras en 2011 la continuidad era de 20.06 horas, después de tres años la empresa solo ha logrado mejorarlo en una hora promedio.

En la rendición de cuentas del pasado viernes (vigencia 2013 - 2014), Corral reconoció que lograr mejorar la continuidad en la prestación del servicio de agua potable, no fue ni es una tarea fácil. La Superservicios y la Comisión de Regulación de Agua Potable (CRA), establecen que para que sea suficiente la continuidad en el servicio, tiene que estar por encima de las 18 horas y lo declara continuo a partir de las 23.

Como se evidencia, no solo esta Administración, las anteriores, no han logrado cumplir con este lineamiento y aún así aprueban proyectos en áreas de expansión o predios que no cuentan con la viabilidad de servicios públicos.

Pero el gerente del instituto de Acueducto resaltó que en comparación con la vigencia 2012 al 2014, la empresa redujo los cierres en la bocatoma del Combeima en 55 casos. Aunque es de cuestionar ¿por qué se efectúa la comparación con base en estadísticas de 2012 y no de 2013, los resultados son igual de alentadores?

Un problema a punto de estallar

A partir del 1 de enero de 2016 la tarifa por cargo fijo y variable de alcantarillado se incrementará cerca de un 30 por ciento. Es decir, los ibaguereños deberán contribuir con recursos a la renovación de las redes de alcantarillado, que en estimativos requiere una inversión de 200 mil millones de pesos. Superior a la financiación del esquema de Acueducto cuya inversión se prevé en 130 mil millones de pesos.

La resolución 688 de 2014 expedida por la CRA ya definió el nuevo sistema tarifario. Sin embargo, las directivas del Ibal sostienen diálogos con delegados de la comisión debido a que se discute, entre otros aspectos, los cinco años que se le otorgan a la empresa para nivelar la cobertura de alcantarillado con la de acueducto. 

“Nos están dando cinco años para que sea totalmente compatible la cobertura de acueducto y alcantarillado. Tenemos pocos usuarios de alcantarillado y no están poniendo una exigencia que a nivel nacional otros podrán cumplir pero nosotros no, porque no van a coincidir. Prácticamente el alcantarillado se está tragando la ciudad y lamentablemente las reacciones de nosotros han sido correctivas y no tenemos plata para reponer sino es a través de vía tarifaria”.Es de resaltar que las zonas de expansión no cuentan con sistemas de redes primarias y secundarías de acueducto y alcantarillado y plan de tratamiento de aguas residuales”.

La negociación de los constructores

Según el gerente del Ibal, Carlos José Corral, por fortuna las zonas de expansión no son de inmediato desarrollo, pues hay que ver que con el acuerdo 116, antiguo POT, solo cerca de 100 de las mil 300 hectáreas consideradas zonas objeto de desarrollo, fueron construidas en los últimos 14 años.

Sin embargo, el panorama no puede ser menos preocupante si se tiene en cuenta que los sectores de la comuna Siete y Nueve padecen ya de falta de suministro continuo en la prestación del servicio de acueducto, el índice de agua no contabilizada no se ha logrado superar en 20 años, las finanzas del Ibal parecen tener una leve mejoría, pero a la vez crece la cartera, el Municipio no cuenta con recursos para apalancar proyectos para el fortalecimiento de acueducto y alcantarillado y que requieren una inversión conjunta por 330 mil millones de pesos, y el acueducto complementario después de más de cuatro lustros, continúa suspendido en el tiempo.

Corral sostiene que la normativa establece que la empresa puede a la vez efectuar acuerdos con los urbanizadores para que sean ellos quienes asuman la construcción de las redes hasta la red principal de acueducto y alcantarillado, y una vez suscrito y aprobado el Plan Parcial, entrar a negociar cómo el Municipio devolverá la inversión al privado o si se efectuará en calidad de donación.

Sin embargo, cualquier trabajo que adelante el contratista en cuanto a redes primarias y secundarias deberán ser devueltas al Ibal que tiene a su cargo la operación y mantenimiento de la misma.

Una opción poco viable 

El Directivo aseveró que si se reduce el índice de agua no contabilizada, ahí está el líquido para dar totalidad de cobertura hidrosanitaria a Ibagué de hoy y las mil 500 hectáreas de suelo de expansión que el alcalde Luis H. Rodríguez, incorporó mediante decreto y atendiendo las recomendaciones y análisis efectuados por la Secretaría de Planeación municipal. 

“Con la misma bocatoma y la infraestructura vamos a ocupar estas nuevas áreas que suman alrededor de mil 300 hectáreas y que somos capaces de darle disponibilidad de agua siempre y cuando hagamos un esfuerzo muy grande para reducir el índice de agua no contabilizada”, manifestó el funcionario.

Sin embargo, desde antes de 1992 en la gestión de la liquidada Empoibagué y que dio paso a la constitución del Ibal, se ha propuesto como meta a corto, mediano y largo plazo reducir las pérdidas de agua sin que el balance sea satisfactorio.

Además, es válido recordar que Luis H., dio su aval para que en una primera oportunidad el consorcio Presea asumiera la gestión comercial de la empresa, con resultados bastantes negativos tanto en facturación, como en entrega de balances financieros, catastro de usuarios, atención a peticiones, quejas y reclamos y control de pérdidas que en lugar de bajar aumentaron en 2014. 

No obstante, el Mandatario y las propias directivas del Instituto defendieron el modelo de gestión por resultados y a finales de noviembre se adjudicó otro contrato, esta vez, a la Sociedad Proactiva Soluciones, comprometiendo el patrimonio público a las labores de terceros por tres años.

La situación financiera del Ibal 

El informe de rendición de cuentas reveló que la situación financiera de la empresa, aparentemente, ha ido mejorando al punto de no contemplarse la intervención por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos. Tras el declive de 2012 que dejó 296 millones de pesos de utilidades, se ha efectuado una recuperación que en los últimos dos años ha dejado utilidades de mil 254 millones de pesos.

Sin embargo, mientras se muestra un resultado aparentemente positivo la cartera de la entidad tuvo incremento del 16 por ciento con respecto a la de 2013.

Lo anterior, significa que la cuantía que asciende a 13 mil millones de pesos compromete en un 33 por ciento la situación financiera de la empresa y que anualmente maneja un presupuesto igual a los 42 mil millones de pesos. Con este panorama, ¿podrá el Ibal efectuar mayores inversiones para ampliar el perímetro hidrosanitario?

Credito
REDACCIÓN IBAGUÉ

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