El Parque Centenario ubicado en el centro de la capital musical, es promocionado en algunos portales turísticos como el pulmón de la ciudad y como un sitio ideal para ‘despejar la mente, hacer ejercicio y caminar bajo la sombra de los ocobos’.
Recientemente Juan Carlos Pinzón, ministro de Defensa, durante su estadía en la ciudad salió a trotar y dijo a algunas de las personas que estaban allí que era “uno de los parques más bonitos y seguros para ejercitarse pero, qué lástima, que esté tan abandonado”.
Para conocer cuáles fueron los motivos que hicieron que el Ministro lanzara esta expresión de pesar, EL NUEVO DÍA hizo el mismo recorrido y encontró una infraestructura deteriorada, unas zonas verdes carentes de mantenimiento y una serie de opiniones que concuerdan con la del ilustre visitante.
Uno de los deterioros más evidentes es el de las barandas, que según los visitantes frecuentes, están dañadas desde hace varios meses, a esto se le suma que el terreno que la rodea empieza a desmoronarse. Esta es una de las imágenes que se llevarán los turistas que asisten a las actividades folclóricas que se realizan en junio de la Concha Acústica, símbolo cultural del departamento.
La filtración de agua permanente a la entrada del Parque, es conducido por este mini canal a un costado, el cual ya empieza a deteriorarse.
Un trayecto de la calle vehicular que rodea el Centenario, ha quedado sin borde ocasionando que el terreno empiece a derrumbarse.
Lo que por un tiempo fue un lago para albergar patos silvestres, hoy es un espacio sin utilidad que cruza por la mitad del Centenario.
La oxidación en la puerta, ubicada sobre la carrera 5, ha acelerado su proceso de corrosión. Este es otro de los aspectos negativos que se llevan los visitantes.
De las dos canchas de baloncesto, una tiene un aro dañado y permanece encharcada generando malos olores en épocas de calor.
Una de las escaleras es afectada por la filtración de agua, lo que las vuelve resbalosas debido a la lama. Una solución improvisada, cubrirla con arena.
La falta de rocería es otra falencia, el pasto ha crecido a tal punto de cubrir las bancas, escaleras y caminos internos, dejándolos sin ningún tipo de uso.
A falta de pasamanos se han colocado cintas de seguridad. Este es un ‘arreglo’ que desmejora notablemente la apariencia de la Concha Acústica.
Estos son los rastros de lo que tal vez un día, fue una idea para incentivar deportes como el ajedrez. Las mesas partidas hacen parte del paisaje natural.
El túnel que conecta los dos lados del Parque es un refugio para los habitantes de la calle. Allí hay sillas, imágenes de santos y colillas de cigarrillo.
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