Belén, barrio que se rehúsa a quedarse en el pasado

FOTOS HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
La zona de Belén cuenta con diferentes relatos sobre la contribución que ha tenido este sector para el desarrollo de la ciudad. Así mismo, la comunidad proyecta obras para estar a la vanguardia del mundo moderno.

El barrio Belén está ubicado en uno de los sectores más antiguos de la ciudad, y ha sido testigo y partícipe de la historia ibaguereña, al igual que de los cambios que se han producido al pasar del tiempo.

Lo que antes fue considerada la hacienda Belén, con grandes extensiones de tierra y un gran lago, hoy es un pilar de desarrollo y progreso que se ve plasmado en la cantidad de edificios y comercio que ha llegado a la zona.

Estructuras que cuentan con más de cinco pisos y, junto a estas, residencias con diseños de corte antiguo, son una muestra palpable del crecimiento y de los cambios que ha sufrido la ciudad y, por supuesto, el aporte que ha entregado Belén.

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El parque

El concurrido parque, que los fines de semana se llena con personas de todos los sectores aledaños, es un buen lugar para compartir en familia, además que cuenta con un variado comercio a su alrededor.

El artista Pedro Cabrera, quien diseñó la escultura de la guitarra que reposa en la plazoleta Manuel Murillo Toro, se fue a vivir hace dos años frente al parque de Belén, con el fin de diseña una maqueta donde se visiona el primer parque temático urbano de Colombia.

El proyecto promete tener una infraestructura apta para niños, y, de esta manera, brindar mayor acercamiento con la naturaleza para aprender de ella de forma didáctica y sensorial, ya que se pretende implementar esculturas con luz interna y sonidos naturales.

“En Ibagué no hay espacio para los niños y este sería un lugar abierto a la lúdica, además sería muy bueno desarrollar el proyecto en parques como el Andrés López de Galarza, que está abandonado”, aseguró.

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Las incomodidades

Lastimosamente hay diferentes situaciones que afectan la tranquilidad de su comunidad, como lo hace saber Filiberto Caro Valbuena, quien reside en el sector, al afirmar que:

“En la malla vial el Gobierno local nos ha tenido olvidados por años, porque nos ha prometido la recuperación de las calles y tras tres años el Alcalde muy poco ha hecho en el sector; por otro lado, la inseguridad sigue afectándonos”, indica.

Otra preocupación generalizada por la comunidad es el deterioro que cada vez se aprecia más en las instalaciones baldías de la sede del Amina Melendro, por eso el llamado para que no se permita que el tiempo siga pasando sin que se tome las medidas necesarias y, así, devolverle su utilidad.

Un poco de Historia

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La hacienda Belén tenía un amplio terreno a poca distancia del centro poblado de Ibagué, teniendo su vivienda en el lugar donde años después fueron ubicadas las oficinas del DAS y ahora corresponden a la Efac.

El sector frente a la Penitenciaria o Panóptico, debido al crecimiento poblacional requirió ser urbanizado poco a poco hasta convertirse en un barrio el cual cuenta con personería jurídica hace 50 años.

Cerca de 60 años, el hoy parque de Belén fue un potrero que fue conservado por la señora Inocencia de Bernal, con el fin de que se construyera el parque actual hay pero según lo reseña el historiador Álvaro Cuartas Coymat, fue en este preciso lugar donde arribó la primera avioneta con destino a Ibagué.

El colegio Tolimense era el lugar donde fusilaban a quienes robaban el ganado de la zona, pero luego se convirtió en una cancha de futbol donde se dice que se dio cita el Deportes Tolima en sus inicios.

La institución educativa Diego Fallon data de 1945, pero su estructura anteriormente sirvió de batallón y contaba con calabozos, además tenía una torre de gran altura, pero debido al terremoto de Armenia resultó averiada, por ello se debió quitarla para prevenir una tragedia. El objetivo era volver a levantarla, pero eso nunca sucedió.

El colegio también sirvió de escenario para diferentes eventualidades, por eso se le decía la ‘tacita de plata’, ya que servía de coliseo y se recuerda cómo se libraron peleas del famoso ‘Enmascarado de plata’, al igual que recibía a los circos que llegaban a la ciudad.

El lugar donde se ubica el edificio Faro de Belén corresponde al terreno donde estaba el histórico lago, que según Fabio Reyes Cruz, presidente de la Junta de Acción Comunal, años después se le denominó la batea, al ser un lugar donde los niños de la época iban a jugar futbol.

Al parecer el lago se habría formado porque de los tanques de La Pola, salían dos tubos con el propósito de suministrar agua a los reclusos del Panóptico, formando de esta manera el lago, pero luego, al desaparecer recibió el nombre de Los chorros.

En el ahora Museo de Arte del Tolima, MAT, permanecieron por muchos años los emblemáticos quioscos de Belén, pero en la actualidad hay varios lugares de referencia como:

La iglesia nuestra Señora del Perpetuo Socorro, el parque de Belén, remodelado cada vez que hay cambio de Alcalde; el MAT, la Escuela de Formación Artística y Cultural Efac, la institución educativa Diego Fallon, el colegio Tolimense, el jardín Puertas a la Lectura, y una sede primaria del Amina Melendro de Pulecio, además cuenta con importante comercio, edificaciones empresariales y residenciales en distintas proporciones.

Además, ha sido hábitat de grandes personalidades de la ciudad, desde escritores, músicos y todo tipo de artistas, hasta políticos y familias de renombre.

A pesar de todo esto, el barrio está en proceso de grandes cambios, “debido a la antigüedad de las viviendas los solares eran inmensos y por esta razón son escogidos para desarrollar edificaciones, por eso hay que abrir paso al progreso y no nos podemos oponer a eso”, aseguró Fabio Reyes Cruz.

Para sus habitantes, el sector posee grandes ventajas como su envidiable clima fresco y el tener una gran cercanía con el centro de la ciudad, así como la tranquilidad de la zona histórica y cultural. 

Credito
HERYK FARFÁN

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