¿Falta de cultura o de planeación?

HÉLMER PARRA - EL NUEVO DÍA
En terrenos áridos quedó convertido el separador de la carrera Quinta, luego de que a pocos días de haber sembrado una importante cantidad de plantas de jardín se desarrolló los desfiles del Festival Folclórico, provocando el daño de estas por los espectadores que se agolparon a lo largo de la vía.

Un verdadero planticidio se registró en el separador de la carrera Quinta, de Ibagué, durante los desfiles del 43er. Festival Folclórico Colombiano, y lo peor, es que fue algo que ya se suponía, ya que esta es una de las zonas habilitadas y comúnmente utilizadas para observar el despliegue artístico y cultural de nuestras tradiciones.

Los jardines más afectados fueron los sembrados hace menos de dos semanas entre las calles 28 y 42, acción que fue señalada por algunos ciudadanos como un detrimento patrimonial, y hasta se atrevieron a señalar a la Administración municipal como torpe, y otros como astuta.

De otra parte, varias personas afirmaron que lo que hizo falta fue cultura ciudadana, ya que a pesar de la presencia de la Policía y ante varios llamados de atención, los espectadores se obstinaron a quedarse en el separador y dejaron en esta zona gran cantidad de basura.

En lo que muchos sí coinciden es en criticar que la polisombra para cubrir las plantas estaba muy alta, y por más que trataran, niños y adultos no podían disfrutar de los desfiles, fue así que sugirieron a los organizadores utilizar, de cara a próximas ocasiones, el carril subiendo de la Quinta para instalar graderías, ya que a pesar de que esta vía se dejó habilitada para que transitaran los vehículos, prefirieron no hacerlo.

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La pelea

En la calle 41 durante pleno desfile, un grupo de personas se subió al separador, lo cual generó malestar en quienes estaban de espectadores tras la valla, generándose una verdadera disputa.

Un grupo de personas se cruzó la vía durante el desfile y se paró sobre las plantas del separador pidiendo que les abrieran espacio para ubicarse en “primera fila”, a lo cual tuvieron una respuesta negativa de las personas que observaban el desfile.

En ese instante, al parecer alguien del grupo que estaba en el separador arrojó cerveza a los que estaban del otro lado, generando una reacción de contienda, donde puños iban y venían. Una mujer de las que se encontraban sobre las plantas se agarró el estómago, dejando ver su estado de embarazo, y acto seguido un líquido brotó.

Los auxiliares de Policía llegaron a detener la pelea que debido a esta situación tendía a aumentar, las personas que venían con la mujer, quien tendría pocos meses de gestación se la llevaron, y el conflicto se detuvo.

EL NUEVO DÍA trató de indagar sobre este caso, pero las autoridades aseguraron desconocerlo.

A la defensa

José Luis Cuenca, contratista encargado de la siembra, aseguró a EL NUEVO DÍA que “Ibagué no tiene cultura ciudadana, por eso estamos un poco atrasados, porque hemos trabajado en Medellín implementando el mismo aislamiento y no hemos tenido algún tipo de inconveniente, solo queda invitar a la comunidad para que tenga un poco de aprecio por la ciudad”.

Y complementó que “indiscutiblemente de las ferias, nosotros ya hemos tenido que hacer una resiembra debido a que la gente siempre sigue pasando por encima de los separadores; esto no es un tema de fiestas, sino de cultura ciudadana y de educación ambiental”.

En relación con el costo que tendrá el mantenimiento y la recuperación de los jardines, el contratista aseguró que se trata de un gasto que ellos mismos deben asumir, para poder luego hacer entrega de las obras, y esperan en cerca de un mes ya cumplir con este objetivo.

Al ser cuestionado por no haber esperado, ya que esto se sospechaba, Cuenca aseguró que se debió a los tiempos para hacer entrega del proyecto, “ya que hay que cumplir con los plazos llueva, truene o relampaguee”; y también afirmó que otro motivo se debe a que se estima una inminente temporada de verano en la ciudad, por lo que se quería aprovechar la humedad del suelo.

Aquí lo cierto es que de nada sirvieron las labores cumplidas hace pocos días en dicho tramo de la Quinta o, como se dice de manera coloquial, “esa platica se perdió”; lo que sigue es adecuar el terreno y reemplazar las plántulas pisoteadas.

El gasto

La siembra y el mantenimiento de los jardines en la Quinta entre las calles 10 y 44, al igual que en las avenida Mirolindo y Pedro Tafur, han tenido una inversión de casi 600 millones de pesos desde noviembre del año pasado, presupuesto que ha estado bajo la administración de la Unión Temporal Ciudades Verdes, entidad contratista.

Al inicio el contrato tenía cuatro meses de duración para cumplir con la siembra de las plántulas, y se había destinado más de $399 millones, pero se suspendió la obra en marzo a pocos días de que se cumpliera el tiempo, y la firma pidió una adición por un valor superior a los $197 millones, quedando estipulado en el acta que se otorgaba otros tres meses a partir del 14 de abril para culminar el proyecto.

De otra parte, Infibagué hizo una nueva contratación para comprar los materiales destinados a la protección de los jardines en el separador de la carrera Quinta, es decir la polisombra y las estacas, elementos que tuvieron un valor cercano a los 17 millones de pesos.

Otro tema: los precios

Muchos turistas se sorprendieron por los costos manejados durante el Festival Folclórico, principalmente en las comidas típicas durante su día, ya que esperaban que por la gran demanda del producto, el precio iba a disminuir.

Un tamal con lechona, que en temporada baja puede costar $5 mil pesos, el solo tamal en su día se podía conseguir por el mismo valor, de igual manera se incrementaron los costos para la lechona, sin contar el precio de otro tipo de productos.

En la avenida Quinta se ubicó baños públicos, y quien tuviese la necesidad única de orinar debía pagar mil pesos por el servicio, pero lo que se pudo apreciar luego de las fiestas es que en muchos lugares los líquidos que conservaban las cabinas fueron arrojados a la concurrida calle.

Algunos visitantes se fueron apenados por este tipo de situaciones, que en vez de ayudar a la imagen de la ciudad como destino turístico generan un impacto contrario.

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Desagradable aroma se pudo percibir a lo largo y ancho de la carrera Quinta, en especial cerca de los baños públicos que tenían a sus alrededores una gran cantidad de líquido amarillento.

Credito
HERYK FARFÁN

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