El proyecto urbanístico pertenece a los empresarios Henry Escobar Ceballos, José Atanibal Sierra Ávila y Nelson Castro y contempla la construcción de una torre de apartamentos de 20 pisos.

La Comisión de Veeduría Urbana, mediante escrito radicado el 1 de diciembre, solicitó a la Curaduría suspender caulquier acción sobre el lote, hasta tanto se hiciera el estudio pertinente de movilidad, capacidad de servicios públicos y se analizara el impacto sobre el impuesto predial y pago de servicios públicos, en razón de que tratándose de estrato Dos, habría la necesidad de unificarlo.

La Veeduría, argumentó que la infraestructura existente para acueducto y alcantarillado, tiene más de 40 años de construida, y, por lo tanto, ante la falta de previsión y proyección futura de crecimiento del sector, estaría colapsada totalmente.

Además, que “desde su fundación, el sector es residencial primario y de un estrato alto, razón o justificación para los elevados gravámenes que por todos los conceptos tienen que asumir sus residentes y su vocación urbanística siempre ha sido de viviendas de una y dos plantas y edificios con altura máxima de cinco pisos”.

Por otro lado, se expone que de acuerdo con el plan vial de la ciudad , la carrera Quinta del barrio Piedrapintada, atraviesa el lote, para conectarse con la calle 51, existente en el barrio El Limonar, diseñada y especificada en el mencionado plan vial.

“Es evidente e incontrovertible que no ha existido la más mínima planeación al pretender permitir desarrollos de alta densidad, sin haber preparado el entorno para recibir este nuevo impacto que va en contra de la tranquilidad y bienestar de todos los residentes”, señaló la Veeduría.