¿Cómo va el caso del joven baleado en Ibagué por un policía?

Crédito: Suministrada - EL NUEVO DÍA
Una semana después de la muerte de Jerson Stiven Vega Vela a manos de un efectivo de la Policía Metropolitana de Ibagué, su familia continúa en búsqueda de justicia, de que se esclarezcan los hechos, y saber qué pasó con el uniformado que mató al joven de 23 años el pasado primero de enero.
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La familia también lamenta el proceder del que habría sido objeto el muchacho luego de recibir el disparo, de una presunta falta de atención de los policiales para auxiliarlo y de la manera en que lo habrían tirado al piso para ingresarlo a urgencias.

Diego Vega, hermano del occiso, contó a esta redacción lo que supo de esa mañana en la que perdió a su hermano, de lo que dice, fue un mal procedimiento por parte de los uniformados, y los problemas que ya había tenido Jerson con quien le habría disparado.

Desde ese viernes, los familiares no saben todavía qué pasó con el policía, y por ello tuvieron que contratar a un abogado para que los ayudara, pues lo único que ha ocurrido hasta ahora, son las versiones que dieron a la Fiscalía.

El problema

Sobre las 11 de la mañana del primero de enero, varios vecinos y familiares de Jerson departían frente al conjunto Villa Esperanza donde vivía Jerson, a esa hora llegó una patrulla y les habría indicado al grupo que se entrara porque estaba prohibido.

Según lo contado por Diego, los uniformados llegaron al lugar tras una ronda de vigilancia, porque no la habían solicitado, pues no había ninguna riña. Pero un vecino habría increpado a los uniformados, y allí Jerson Stiven intentó calmar y entrar al señor a la casa.

Pero el vecino no se dejó y volvió a gritarle a los policiales, y en ese momento, cuando Jerson detenía a su amigo, un uniformado lo tiró al piso y le puso el pie en la espalda.

Como pudo, el joven se soltó, se paró y enfrentó al uniformado y le exigió respuesta de por qué lo había tirado si estaba mediando para evitar una pelea. Con los ánimos ya calientes, otra persona le pasó un cuchillo a Jerson, por lo que le habrían disparado con un taser.

Luego llegaron más policías, y uno de ellos, con quien Jerson tuvo problemas en el pasado y, ya lo sabía el comandante de la Estación de El Jardín, se bajó y gritó que de esta no se salvaba y que lo iba a matar.

“Lo que me contaron, porque yo estaba en la cocina, es que llegó uno en la moto, desenfundó el arma y dijo que le iba a disparar, entonces mi hermano se acercó a la moto y le pegó a la llanta, el uniformado seguía amenazando; mi cuñada le gritó al policía que no hiciera eso porque estaban todos en familia.

“Otro hermano que tengo le dijo al policía que no disparara, pero la respuesta fue que era un arma de verdad, porque esta vez sí lo iba a matar. Luego sonaron tres disparos, mi hermano se tomó el estómago, salió hacia el conjunto y se desplomó”, narró Diego.

Presunto maltrato

Cuenta Diego, que tras los disparos salió y vio a su hermano en el piso y la gente señalaba al policía que accionó el arma, pero que ningún uniformado hacía nada por auxiliarlo o llevarlos a un centro asistencial.

“Al final, la gente al ver que no ayudaban, le exigieron a los uniformados que lo llevaran en la Duster, pero al principio no querían, hasta que lo subieron, mi mamá se fue en el carro, pero lo peor estaba por llegar. Al llegar, cuentan unos testigos que tomaron fotos al ver el trato que le daban los policías al paciente, lo bajaron de manera brusca, lo tiraron al piso, y aunque un vigilante les pasó una silla de ruedas, la dejaron a un lado y empezaron a halarlo. “Por todo el andén, hasta urgencias, lo arrastraron a la vista de la gente, incluso hasta le quitaron el pantalón por la manera en que lo halaban”, cuenta Diego.

Marchas

A una semana del asesinato, se tenía planeada una marcha para exigir justicia por la muerte de Jerson Vega, pero debido a las medidas adoptadas por el Gobierno nacional para prevenir el avance del Coronavirus, no se pudo cumplir. Ahora, cuenta Diego, la tienen planeada ejecutar este martes desde la calle 60 y hasta el CAI, donde se realizará un plantón y velatón por la memoria del joven de 23 años.

“La Alcaldía tendrá conocimiento, ya hablamos con unos colectivos y organizaciones de Derechos Humanos que nos ayudarán, y apenas se levanten las restricciones esta se va a realizar. Sé que hubo omisión y fue un error en el procedimiento policial”, apostilló Diego.

¿Quién era Jerson?

A sus 23 años, Jerson Stiven trabajaba en un Fruver del barrio, esto luego de algunos problemas que tuvo en el pasado, e incluso estuvo tres meses viviendo en la calle, hasta que su mamá le habló y le pidió que volviera a casa y empezó a cambiar.

“Lo mismo le conté a la Fiscalía, se lo digo a usted y lo admito, cerca del segundo periodo de 2019 mi hermano tuvo tres meses de rebeldía, estuvo en la calle, pero mi mamá lo reintegró y a pesar de su edad hasta le dio una juetera para que se ajuiciara y así lo hizo.

“Mi mamá le pidió que se pusiera a trabajar y así fue, lo recibieron en un Fruver, donde incluso algunos policías lo felicitaron por esa decisión, pero él ya tenía problemas con Orozco (policía), y empezó una persecución en la que incluso una vez entraron a requisarlo al Fruver.

“En otra ocasión mi hermano tomaba una gaseosa frente a la casa y llegó el policía a molestarlo por el tapabocas, pero él les decía que se la estaba bebiendo y debía bajarlo. Ese problema mi mamá lo vio desde el segundo piso y bajó a hablar con los uniformados.

“Mi mamá les preguntó que cuál era el problema, y que si ella sabía que lo seguían molestando, porque no era la primera vez, pues siempre mi hermano le contaba a mi mamá, los policías le contestaron que pusiera la queja donde quisiera pero ellos eran la autoridad.

“Por eso un día ella fue al CAI y le dio quejas al Teniente, incluso ella me contó que el oficial fue amable y le respondió que hablaría con los policías, pero parece que eso fue el detonante, porque siguieron los problemas hasta la muerte de mi hermano”.

Credito
EL NUEVO DÍA

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