“Yo estaba con la ruta 8 y fui a girar por la calle 37 pero me desviaron a la ferrocarril. Bajé por ahí, la 42 estaba tapada también, y en el momento en que cruzo la 42 entre cuarta y ferrocarril, los manifestantes venían y unos se me vinieron para la puerta del conductor a querer abrirla, yo la cogí con las dos manos y no la dejé abrir”, narró, recordando los instantes de terror que vivió.

Londoño, de 31 años, esposo y padre, aseguró que en su buseta de placas WTQ029, se movilizaban por lo menos 20 personas, ya que iba con el cupo casi lleno. Los atacantes empezaron a lanzarles piedras y dejaron el bus con graves daños en vidrios, además de amedrentar a los pasajeros.

“Yo creo que me iban a robar. Me cogieron a piedra, me dieron una pedrada en la cabeza, me cortaron un brazo. Arremetieron contra la buseta y la volvieron nada también a pura piedra (…) El vidrio de atrás lo dañaron, el del lado mío de la puerta también se estalló. Así como pasó yo fui y guardé la buseta”, expresó.

El joven conductor manifiesta que no sabe cómo, pero logró sacar la buseta en contravía calles más abajo, en donde mareado por el golpe de la cabeza, abrió la puerta a los pasajeros, se bajó y cayó al suelo. Según comenta, en el momento no se fijó si alguna de las 20 personas resultó también herida y, apenas se recuperó del shock, llevó el bus con los daños a su parqueadero de confianza.

Por ahora, Cristian se recupera en su hogar en compañía de su familia, y espera que el vehículo que maneja se pueda reparar, para seguir laborando en las calles de Ibagué.